Bondad, un Fruto del EspírituMuestra

Bondad vs Maldad

Historia Bíblica: Herodes y Juan el Bautista - Lucas 3:18-20, Mateo 14:1-12

Versículo temático: Salmos 34:14

Hay mal en el mundo. Hombres y mujeres en cualquier momento nos pueden hacer daño, pero siempre podemos confiar en Dios. Desde que el pecado entró en el mundo, se ha producido el mal en los corazones de todos los hombres. Sin embargo, algunos hombres luchan contra el mal constantemente, y tratan de vivir una buena vida. Mientras que otros no luchan en absoluto, sino que realmente parecen disfrutar de vivir una vida de maldad. Todos luchamos contra el mal en nuestros corazones; incluso si es un poco, pero lo hacemos.

En la historia bíblica de hoy, vemos a un hombre que vive una vida de maldad. Herodes el tetrarca hizo muchas cosas malas, pero cuando Juan el Bautista lo reprendió, ¡Herodes encerró a Juan en la cárcel! Herodes había tomado a la mujer de su propio hermano, Herodías, por lo que Juan le había reprendido. Herodes entonces lo ató y lo arrestó. Durante la fiesta de cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó para ellos, y Herodes estaba tan contento de que le ofreció lo que ella quisiera. Impulsada por su madre, ella pidió la muerte de Juan el Bautista. Herodes sentía que no tenía opciones, así que él lo hizo. (Para estudiantes mayores, se puede mencionar que ella pidió que pusiera la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja.) Es verdaderamente terrible lo que sucedió en esta historia bíblica. Sin embargo, Juan el Bautista había logrado lo que Dios le pidió que hiciera, para preparar el camino del Señor.

La Biblia deja muy claro que hay un cielo y un infierno. Cuando confiamos en Dios para nuestra salvación, y creemos en el Señor Jesucristo, podemos saber que vamos a ir al cielo. Los que no han creído se van al infierno. Todos vamos a vivir por toda la eternidad en el cielo o en el infierno.

Esta información es útil porque todos nos enfrentamos a la gente mala. Puede ser muy frustrante ver que el malo se está saliendo con su maldad, sin justicia ni castigo. Sin embargo, es reconfortante saber que la injusticia del mundo sólo existe aquí en la tierra. Una vez que morimos, seremos libres, si hemos confiado en Jesucristo para nuestra salvación.

Por lo tanto, aunque el mal ocurra en el mundo a nuestro alrededor, uno puede estar seguro de que este mal no podrá tocar mi alma ni mi espíritu. Puede dañar a mi cuerpo e incluso matarme, pero cuando llegue al cielo con Juan el Bautista, estaré libre de todo mal.

Preguntas:

1. ¿Cómo es el cielo, y quién irá allí?

2. ¿Pueden las cosas malas que hace la gente dañarme a mí o a mi espíritu?

Aplicación a la vida:

Busca a tu alrededor la presencia del mal, donde alguien hiera a alguien más sin razón aparente. Encuentra la manera de intervenir esta semana para proteger a esa persona inocente. Quizás ayudándolos a caminar por una vía distinta a casa desde la escuela, dándoles almuerzo, o tener un grupo de 4 para que le acompañen.