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Outfit Para La Eternidad

DÍA 1 DE 3

Oración inicial:

Querido Dios y Padre Celestial, gracias por tus bondades, por tu fidelidad, por tus misericordias y por tu palabra que es viva y eficaz. Presento este tiempo devocional ante ti y te pido que tu dulce Espíritu Santo me guíe a toda verdad. En el poderoso nombre de tu Hijo amado Jesús. Amén

¿QUÉ VESTIDURAS NOS DISTINGUEN?

Entre otras cosas soy asesora de imagen, mientras estudiaba el diplomado mis ojos se iban abriendo a una realidad impresionante, me preguntaba cómo había hecho para vestirme y salir con semejantes fachas hasta ese momento jajaja, al entender el tema de estilos, combinaciones y demás detalles, mi perspectiva de vestimenta cambio.

Comencé a realizar cambios importantes.

El conocimiento me hizo entender que una cosa era usar ropa para vestir mi cuerpo y otra distinta, el estar bien vestida.

Traté de no ser tan dura en el juicio relacionado con mi vestimenta, simplemente desconocía en qué consistía el buen vestir, aunque para ese entonces estaba convencida que nada podía superar mi buen gusto, sin entender que estaba engañada por mi desconocimiento.

A medida que iba viendo cada clase, iba entendiendo y desechando piezas de ropa que no me favorecían en nada. Tenía piezas icónicas que hacía que cualquiera me reconociera a leguas de distancia. ¿Te ha pasado? Una blusa, un pantalón, una falda, es decir, una o varias piezas que bien, te gusta mucho o en su defecto es la pieza que te gusta usar por lo cómoda y versátil, pero que al final lleva impreso tu nombre de forma virtual, casi es el uniforme del fin de semana, o de estar en casa, o de ir a la iglesia. La gente te ve a los lejos y dice: ¿Tiene la blusa de florecitas? Ah, esa es fulanita. O, ¿tiene el pantalón negro? ¡Oh sí! Es menganito.

Ten paz, esto es un devocional no una clase de asesoría de imagen, tal vez te parezca increíble pero la Palabra de Dios también nos da una clase magistral de asesoría de imagen. No podía ser de otra manera, ya que la Biblia es el manual de vida, que nos dicta las pautas de cómo vivir para agradar a Dios.

En nuestra vida espiritual el tema de la vestimenta también tiene relevancia, solo que, en vez de ropa externa, se trata del corazón.

Antes de reconocer a Jesucristo como Salvador, nuestras ropas eran terrenales, vivíamos vestidos con distintas piezas por las cuales nos distinguían a leguas, por ejemplo: el pantalón de la fornicación, la falda de las pasiones desordenas, la blusa o camisa de la avaricia, así como lo describe Colosenses 3:5-7. Vestidos que en teoría debimos haber desechado, sin embargo, así como aún tengo en mi armario piezas que no me van y me resisto por alguna razón a deshacerme de ellas, en nuestras vidas también quedan residuos de nuestra vieja naturaleza, los cuales estamos obligados a destruir radicalmente.

Para meditar:

Lee detenidamente esta cita: Colosenses 3:5-7. Ten a mano un cuaderno para tus notas.

Tómate un tiempo para reflexionar sobre lo que has leído en las Sagradas Escrituras y responde estas preguntas:

¿Qué me enseña Dios aquí?

¿Cómo puedo aplicar a mi vida esta Palabra?

¿Qué debo permitir que el Espíritu Santo trabaje en mí?

¿Qué área de mi vida necesito rendir?

Día 2