Cómo Practicar Una Fe HumildeMuestra

Convertirse en verdad

La tercera ley de Newton es un descubrimiento científico en el ámbito de la física. Esta ley dice que, en la naturaleza, por cada acción existe una reacción igual y opuesta.

Al aplicar esta ley tenemos evidencia de que el viento existe. Aunque no podemos verlo, vemos lo que se mueve en su camino. Nuestro cuerpo siente el viento cuando sopla sobre nosotros, por lo que podemos confirmar su existencia.

Asimismo, las emociones, los pensamientos y los sentimientos producen una reacción a través de la cual podemos probar su existencia y significado.

Amar a Dios es más que la respuesta correcta a una pregunta específica («¿Amas a Dios?»). Amar a Dios tiene que ver con la postura de nuestro corazón, el curso de nuestro pensamiento y la evidencia de nuestra acción.

El amor debe impregnar todo lo que decimos y hacemos. La forma en que amamos a alguien determina todo sobre nosotros. Define cómo amaremos a otras personas. Y ayudará a indicar cómo nos percibimos a nosotros mismos, a los demás y al mundo que nos rodea.

La Biblia nos dice que amemos como Dios lo hace, siguiendo su ejemplo al preocuparnos por los demás, viendo no solo nuestro beneficio sino también el de los demás. De esta forma nuestras acciones estarán alineadas con nuestras palabras. Las Escrituras nos llaman a buscar y ejercitar la sabiduría y la verdad. Nos llaman a amar. Nos llaman a la acción. Nos llaman a no mirar a los demás con indiferencia. Si vemos que están necesitados y que Dios nos ha cuidado, podemos acercarnos a ellos para que hagan lo mismo que Jesucristo hizo por nosotros, convirtiéndonos en las manos y los pies de Jesús.

No podemos proclamar el amor a Dios mientras nuestras acciones no muestren evidencia de ello. Nuestra afirmación sería falsa y evidente.

La buena noticia del Evangelio, lo que distingue al cristianismo de cualquier otra religión, es que Dios se hizo carne. Jesucristo fue la mayor demostración del amor de Dios por nosotros los humanos. El Divino Gobernante de todas las cosas se humilló y descendió a la Tierra para mostrarnos cómo amar, cómo pensar, cómo sentir y en qué creer. Jesús nos muestra cómo vivir y lo que realmente significa estar vivo.

Dios, abre nuestros ojos. Queremos volvernos a Jesús, ver su ejemplo, tomarlo en serio e imitarlo para que todo el mundo lo vea. Queremos levantarte una ola de acción de gracias. Que todos vean cómo el Reino de los Cielos está aquí.