¿Qué sucede en el cielo?

El Cielo es el destino final y glorioso para los creyentes en Cristo según lo leemos en 2 Pedro 3:10-18. En él, nos esperan bienes inmuebles que no se corrompen ni deterioran con el tiempo. Nuestro Redentor, Cristo Jesús, está en el cielo intercediendo por nosotros, siendo nuestra mayor esperanza y alegría eterna. Además, nuestras relaciones serán restauradas y perfeccionadas, reencontrándonos con aquellos que han partido en la fe. Nuestra residencia definitiva está en el cielo, donde viviremos en la presencia de Dios para siempre.

Ante la certeza de nuestro destino celestial, debemos esforzarnos por vivir con pureza, reflejando la santidad de Dios en nuestra conducta diaria. Debemos ser personas de promesa, aferrándonos a las palabras fieles de Dios y confiando en Su cumplimiento. Nuestro propósito debe ser claro, dedicando nuestras vidas al servicio del reino de Dios y buscando Su voluntad en todo. La persistencia en la fe es esencial, especialmente en tiempos de prueba y dificultad, fortaleciendo nuestro espíritu y nuestra confianza en Dios.

Viva con la expectativa del cielo, permitiendo que influya en su conducta diaria. Sea un reflejo de pureza, promesa, propósito, persistencia y progreso que Dios desea. Prepárese para la eternidad, viviendo hoy de manera que honre y glorifique a nuestro Señor.