Esperanza en Medio De Un Embarazo InesperadoMuestra

La puerta de la esperanza

Nuestras vidas están a menudo marcadas por giros y vueltas, por acontecimientos inesperados y momentos importantes de decisión. ¿Diremos sí o no? ¿Daremos vuelta a la derecha o a la izquierda? ¿Tenemos elección o nos encontramos en un callejón sin salida o frente a un muro de ladrillos?

La Biblia está llena de historias de mujeres que se encontraron con sucesos inesperados, enfrentaron sus propios callejones sin salida o escalaron muros de ladrillo, y descubrieron desde este lugar de desesperación, que Dios, de hecho, les había proporcionado una salida. Dios le dio a cada una de ellas una puerta por la que podían pasar de la desesperación a la esperanza, de la vergüenza a la aceptación, y del aislamiento a la comunidad.

Hoy, al enfrentarte a un acontecimiento inesperado -un embarazo no planeado-, es posible que tú también sientas una oleada de emociones y una gran inseguridad. ¿Qué debo hacer? ¿Cómo cambiará mi vida? Este plan de lectura está pensado para ti. Al igual que las mujeres de la Biblia, Dios también quiere abrirte una puerta que conduzca a la esperanza, la aceptación y la comunión.

De la desesperación a la esperanza: la historia de Agar

En Génesis 16 encontramos a una joven que se enfrenta a un embarazo inesperado. Expulsada de su hogar y de la vida que una vez conoció, Agar está ahora embarazada, abandonada y desesperada. No parece haber salida para Agar: no puede volver a su vida anterior ni construirse una vida futura.

Inundada por la desesperación, Agar huye al desierto y llega junto a un manantial de agua. Allí, en medio del dolor y la desesperanza, Agar se encuentra con el Señor. Él le pide que comparta con Él su difícil situación... que derrame sus emociones, miedos y necesidades desesperadas. Y el Señor la ve -con todo su miedo y quebranto- y le hace promesas relacionadas con su futuro y el de su hijo. Aquel que da aliento a los pulmones de Agar y vida al niño en su vientre, el Dios Creador, la ve y la escucha y le ofrece un nuevo futuro.

Muchos años después, cuando el niño había crecido, Agar se encontró de nuevo huyendo y desesperada (véase Gen 21). Y una vez más, el Señor salió a su encuentro en el desierto, le pidió que compartiera con Él sus temores y preocupaciones, y afirmó Sus promesas respecto a su futuro y el de su hijo.

En cada ocasión, Dios vio a Agar y la escuchó. En el desierto de la desesperación, Dios le dio esperanza para el futuro. Por eso Agar llama cariñosamente a Dios, "el Dios que me ve".

Dios promete algo parecido a su pueblo en Oseas 2, y hace esta misma promesa a todos los que se vuelven a Dios en oración y desesperación. Cuando nos desviamos del buen camino de Dios para nuestras vidas y nos encontramos en un oscuro valle de problemas o en un desierto de desesperación, Dios nos encuentra en ese mismo lugar y nos ofrece una puerta de esperanza. Nos ofrece una salida hacia un futuro nuevo.

Al igual que Agar, Dios nos invita a entablar un diálogo con Él, desahogando nuestros problemas y confesando nuestros pecados y desobediencias. Desde este lugar de arrepentimiento, Dios nos invita a una nueva relación con Él.