El Camino De Los BienaventuradosMuestra

Sólo prospera lo que haces

Todos queremos prosperar en todo y tenemos un mapa para lograrlo en el Salmo 1:3. Esa es la vida que todos queremos. Sin embargo, lo importante de este versículo no es lo que dice, sino, lo que NO dice.

Salmos 1:3 dice que Dios desea prosperarnos en todo lo que hacemos. Lo que NO dice este verso es que Dios va a prosperar lo que NO hacemos. Dios no es un Dios de absurdos así que Él puede y quiere bendecir nuestra acción. Pero no puede bendecir nuestra inacción.

Conozco mucha gente que quiere el “cuerpo del verano”, pero no le interesa comer sano ni ir al gimnasio. Queremos tener un buen salario y viajar por el mundo, pero no estamos dispuestos a estudiar, trabajar, esforzarnos. Queremos tener una relación profunda con Dios, pero no invertimos tiempo en oración o en la lectura de Su Palabra. Dios ha prometido bendecir todo lo que haces, pero Él jamás bendecirá lo que NO haces.

Es fabuloso saber que Dios desea prosperarnos en todo. El problema es que para que Dios nos prospere, somos nosotros quienes debemos ponernos “manos a la obra.”

Miguel de Cervantes Saavedra decía:“No pescarás una trucha, sin mojarte los pantalones.”

Es increíble tener sueños, pero Dios no bendice a los soñadores. Está genial tener ideas, pero Dios no bendice a los pensadores. Si quieres ser bendecido por Dios, tienes que actuar, porque la bendición es una reacción. Tenemos que realizar una acción para que Dios pueda enviar su bendición como reacción a esa acción realizada.

¿Recuerdas a la mujer del flujo de sangre? La mujer pasó 12 años con hemorragias, pero la bendición llegó, no cuando oró, cuando deseó ser sana, ni siquiera cuando planeó acercarse al Maestro. Cristo la sanó, en el momento en que ella actuó. En el momento en que ella lo tocó. Porque la bendición es una reacción que actúa sobre nuestra acción, no sobre nuestra inacción.