Despójate De Todo PesoEjemplo

Libérate de este hábito

La queja se puede volver en un hábito muy natural en nuestra vida cotidiana. Nos quejamos del tráfico, del clima, de nuestras responsabilidades y de las personas a nuestro alrededor. Siempre parece más fácil enfocarnos en lo negativo que pasa a nuestro alrededor ¿Te pasa? Esto es algo con lo que Dios ha estado trabajando en mi vida y continúa haciéndolo.

¿Por qué es tan importante dejar la queja? En primer lugar, la queja refleja una actitud de descontento y falta de gratitud, afectando nuestro crecimiento espiritual y alejándonos de las promesas de Dios. Personalmente, he comprendido que cuando me quejo, no solo me estoy enfocando en lo negativo y olvidando las bendiciones que Dios me ha dado, sino que también estoy diciendo implícitamente que lo que Él ha hecho y sigue haciendo por mí no es suficiente.

Pablo nos exhorta “Hagan todo sin quejarse y sin discutir…”

Por eso ¡es momento de dejar atrás la queja! Como hemos hablado, la queja es un peso que no solo frena tu crecimiento espiritual e impide que vivas en libertad, sino que también obstaculiza el cumplimiento de las promesas de Dios en tu vida.

Entonces, ¿qué te parece si en lugar de quejarte, comienzas a ser agradecido por lo que Él ya ha hecho y seguirá haciendo por ti? Acepta el desafío de mantener esta actitud incluso en medio de las dificultades. Al hacerlo, no solo honras a Dios y empiezas a ver sus promesas cumplidas en ti, sino que también das un buen testimonio a quienes te rodean.

Si la queja se ha convertido en un hábito, despójate de ella. Recuerda que ya no es parte de ti y, en oración, rinde tu vida a Jesús. Pídele que su Espíritu te enseñe a vivir en gratitud.

¡Recuerda, Dios anhela seguir derramando sus bendiciones sobre ti!