Acompañar A Un Ser Querido En La AdicciónMuestra

TIERRA PROMETIDA

A medida que hemos explorado juntos la historia del éxodo en los últimos días, espero que hayas encontrado sabiduría y aliento para tu propio viaje por el desierto. Hoy, al llegar al final de este plan, cambiamos nuestro enfoque más allá del desierto hacia nuestro destino final.

En la oscuridad de la adicción y en la experiencia de la recuperación de dos pasos adelante y uno atrás, es fácil perder la esperanza. Sin embargo, en la promesa de una tierra que mana leche y miel, lejana pero cada vez más cercana, se nos recuerda que en Cristo hay esperanza - ¡esperanza viva! - para todos los afectados por la adicción.

La esperanza es el ingrediente activo -la cafeína del café- de la recuperación. Y hay esperanza en la adicción. Esperanza de curación. Esperanza de plenitud. Esperanza de libertad, restauración, un nuevo comienzo y un final diferente. La recuperación es posible.

Casi uno de cada diez adultos en Estados Unidos ha resuelto un problema de abuso de sustancias. Algunos lo consiguieron sin más ayuda que la ofrecida por familiares y amigos. La mayoría encontró la libertad con el apoyo de una combinación de servicios, como centros de rehabilitación, programas ambulatorios, medicación y grupos de ayuda mutua como Narcóticos Anónimos, Adictos al Sexo Anónimos y Celebremos La Recuperación. Se trata de una extraordinaria historia de esperanza. De hecho, representa 22,35 millones de historias únicas de esperanza, pruebas vivas de que la recuperación es posible.

Mientras caminas con un ser querido a través de la adicción, un día a la vez, deja que las buenas nuevas del Evangelio te animen hoy.

Para la persona esclavizada por elementos de su propio yo, por deseos y hábitos que han cobrado vida propia, el Evangelio es la buena noticia de que el Dios vivo puede transformarla de dentro hacia afuera.

A la persona que se siente avergonzada, vacía y sola, es la buena noticia de que el Dios vivo puede liberarla con su perdón, calmarla con su paz y animarla con su alegría.

A la persona que se siente impotente y sin fuerzas, es la buena noticia de que el Dios vivo quiere llenarla con su Espíritu y fortalecerla con su fuerza.

Para la persona que se siente aislada -quizá incluso totalmente abandonada-, es la buena noticia de que hay un pueblo (la Iglesia) en medio del cual descansa la presencia amorosa de Dios.

Para la persona que trágicamente continúa atrapada en las garras de la adicción, la buena noticia es que, aunque la adicción puede haber ganado en esta vida, la victoria de Cristo garantiza la libertad total en la vida venidera. La esperanza definitiva en la adicción ve más allá de los horizontes actuales en el desierto, hacia el regreso de Cristo, la consumación de Su reino y el primer amanecer en la verdadera tierra prometida.