Es Por FeMuestra

RESPUESTA INMEDIATA

Quiero que desde ahora seas consciente que Dios no te quiere con incógnitas en tu vida, en el libro de Daniel en el capítulo 9 versículo 21 vemos a un hombre entregado totalmente y rendido a la voluntad de su señor; la cual permitió que la multiforme gracia de Dios se viera reflejada a favor del hombre que doblaba rodillas. En otras palabras, vemos a un hombre orando pero también a un Dios hablando.

Una de las cosas con las que más batallamos los creyentes es en la forma en la que Dios habla; no comprendemos ni el lenguaje del espíritu ni la revelación de Dios y por esto en ocasiones nuestro entendimiento se ve limitado, porque no tenemos hambre de la Palabra de Dios.

– La lectura de la Palabra es para que Dios te hable, y la oración es para que tú le hables a él.

Te decía que sin hambre no habrá llenura, y si llenamos nuestra vida espiritual de emociones y no de Palabra, jamás podremos ver el reflejo de una promesa de Dios cumplida. Al despertar una mañana de domingo, analizaba que mis emociones empezaron a perturbar mi nutrición espiritual, ya que días atrás había permitido una conversación que no debí haber tenido, y se abrieron puertas que nunca debieron haber estado abiertas, y no lo malinterpretes, pero hasta un “hola” puede sacarte del camino de Dios; es decir, una palabra incorrecta en el tiempo correcto puede llevarte a un camino no deseado. Y si lo conectamos con la vida de Daniel, él no cambió su tiempo de oración por una emocionante conversación.

No busques que Dios te hable audiblemente, busca que Dios te hable directamente con cosas diarias y naturales. Y podría llegar a afirmarte que esto mismo le sucedía a Daniel, te preguntarás ¿por qué?, porque él tenía el hábito de apartar un tiempo para hablar con Dios eso es lo que significa orar.

Sin embargo, Daniel no dejó que sus emociones afectarán su vida espiritual; por esto, quién quiere más debe tener hambre, y quizá el ataque que hoy sientas lo veas imposible de erradicar de tu vida, pero déjame decirte que quién tiene hambre es saciado y personalmente no he visto jamás un justo desamparo, la escritura lo corrobora. Dios no te va a molestar con revelación si tú no tienes hambre, Dios no te va a insistir en el hablar en lenguas si tú no quieres mover tu espíritu, si no tienes sed del lenguaje del espíritu jamás conocerás dicho lenguaje, Jesús dijo: no echen sus perlas a los cerdos, significa que no le des tu amor, tiempo, sentimientos y emociones a alguien que no lo valora, así que el mejor regalo es el que no se exige.

Ahora bien, hay algo que ocurre con Dios, Él no te va a dar entendimiento si a ti no te interesa tenerlo, si tu enfoque está en las cosas naturales, pues déjame decirte que jamás llegará lo sobrenatural. Si tanto anhelas esa sanidad, esa transición, esa familia, ese hijo o esa promesa; pues el secreto está en la calidad de tiempo que le ofrezcas a Dios. Él dará la sanidad, el equilibrio, el amor o esa provisión que necesitas, pero ten muy presente que ninguna relación a durado solventada en indiferencia, jamás se estableció un matrimonio sin compromiso, ni se ha arreglado una situación sin comunicación. Quiero regalarte esta perla:

- Todo pensamiento contrario se combate solo con la Palabra de Dios -.