Sé HumildeMuestra

Es difícil ver los cambios en una persona a la que ves todos los días. Estamos tan acostumbrados a verla, que no siempre notamos cuando tiene algo diferente. Pero cuando ves a alguien a quien no has visto a alguien en mucho tiempo, es más fácil notar cuánto ha cambiado. Nuestro crecimiento personal funciona de la misma manera. Con el tiempo, es difícil ver nuestros propios cambios. Quizás estamos hasta frustrados porque las cosas no parecen estar cambiando como quisiéramos. La buena noticia es que, cuando seguimos a Jesús, podemos confiar en que siempre estamos cambiando. El Espíritu de Dios siempre está obrando en nosotros para ayudarnos a convertirnos cada vez más en las personas que fuimos creados para ser. ¡Esa debe ser la fuente de nuestra confianza!

Hoy, escribe algunos cambios que has visto en tu vida gracias a Jesús. Si te cuesta empezar, pídele ayuda a uno de tus padres, a un amigo en quien confíes o a un líder.