Amada Primero Por DiosMuestra

Tu verdadera identidad

Nosotras las mujeres solemos definir nuestra identidad de acuerdo al trato que nos dan las personas que nos aman. En ocasiones podemos tener este pensamiento de que si nuestros esposos, hijos y amigas nos aman, estamos completas. Por otro lado, a veces sucede que nos otorgamos a nosotras mismas una identidad basada en lo que hacemos, como por ejemplo nuestra profesión, o incluso, creemos que nuestra identidad es lo que otras personas dicen que somos. Pero, ¿es realmente todo esto nuestra verdadera identidad? Según la Real Academia Española (RAE), la identidad se define como «el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás». Si nos vamos a lo que dice la Biblia, en síntesis, nuestra identidad nos fue otorgada por Dios desde el vientre de nuestras madres. Es decir, nuestra identidad no es algo que se base en lo que hacemos, en lo que tenemos ni en lo que digan las personas a nuestro alrededor. Si no en lo que Dios ya creó en nosotras.

Si hoy te preguntas: ¿Quién soy? La respuesta es que eres una hermosa creación de Dios, Él es tu Padre y tú eres Su hija (ver Juan 1:12). Dios nos creó con un propósito diferente a cada una y es a través de Él que adquirimos nuestra identidad. Cuando nosotras reconocemos a Cristo como nuestro Salvador, estamos reconociendo nuestra identidad en Él. Como dice en Efesios 2:10: «Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas». Estamos hechas a Su imagen y semejanza con el propósito de hacer lo que Él nos enseña. Es importante que no olvides que es por Su gracia y misericordia que la recibimos. Es el regalo de Dios para ti.

Deseo que repitas conmigo estas palabras: «No soy lo que otros dicen que soy. Soy única porque Dios me creó y me ama. Mi identidad se basa en lo que dice Dios que soy y no en lo que otros piensan de mí».

Tarea de hoy: Escribe en tu libreta todas esas cualidades que te han sido otorgadas por Dios y ve en oración de gratitud al Padre por quien eres en Él.