Devocional de Adviento: Tú Perteneces a la FamiliaMuestra

El don de la paternidad

Hace poco escuché la metáfora de la vaca y el búfalo.

Ambos sienten cuando se acerca la tormenta. Las vacas huyen de la tormenta y los búfalos corren hacia ella. Mason Sawyer dice que parece que estamos creando una generación de vacas — estamos haciendo que esté bien no ser responsables y huir de las tormentas.

Las vacas eventualmente se cansarán de huir de la tormenta a medida que la tormenta las alcance, pero aún siguen corriendo.¡No se detienen! Si se detuvieran, la tormenta las pasaría. Correr significa que están en la miseria y la vergüenza más tiempo de lo que tienen que estar.

Los poderosos búfalos corren hacia la tormenta y, por más aterrados que parezcan, huir de la tormenta les parece mucho más aterrador. Una vez que los búfalos superan ese shock inicial, pueden ser felices y descansar. Ahora pueden disfrutar de lo que les ha dado la tormenta: el agua, el pasto y el hermoso arcoíris.

¿Creen que el búfalo experimenta una esperanza interior de saber que la tormenta pasará? ¿Que hay esperanza al otro lado?

Cuando escuché esto, tuve que hacer una pausa y pensar en el don más grande que tengo: guiar a mi familia, especialmente a mis hijos. Como padres, experimentamos esperanza por el futuro de nuestros hijos, pero por la gracia de Dios, podemos ayudar a prepararlos para el futuro que Dios tiene para ellos.

Los versículos de Deuteronomio hablan del legado de la ley de Dios, exhortándome a que primero me comprometa de todo corazón con los mandamientos de Dios y luego repetirlos una y otra vez a mis hijos. Mi don y mi esperanza como padre es tener un papel distinto e importante en la vida y el futuro de mis hijos.