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Fortalecidos en la Gracia de Dios

Luchar contra una adicción puede ser agotador y, en ocasiones, sentimos que no tenemos la fuerza para continuar. Sin embargo, la Biblia nos enseña que no estamos solos en esta batalla. En nuestra debilidad, Cristo nos fortalece. La gracia de Dios es suficiente, y cuando nos sentimos más débiles, es cuando Su poder actúa con más fuerza en nosotros.

La gracia de Dios no solo nos perdona, sino que también nos capacita para vivir una vida transformada. Cuando nos apoyamos en la fortaleza de Cristo, descubrimos que podemos superar cualquier obstáculo, incluso la adicción. No se trata de nuestra capacidad o fuerza de voluntad, sino de la fuerza que recibimos en Cristo.

Piensa en un atleta que, agotado en medio de una carrera, recibe agua fresca de un entrenador. Esa agua le da el impulso necesario para seguir adelante. De la misma manera, la gracia de Dios nos refresca y nos da fuerza para continuar cuando nos sentimos agotados por la lucha.

Oración :
Señor, dame tu fuerza cuando la mía se acabe. Ayúdame a recordar que, en ti, tengo la capacidad de superar cualquier adicción o lucha que enfrente.

Acción práctica :
Hoy, cuando te sientas débil o tentado, recita Filipenses 4:13. Recuerda que Cristo está contigo, dándote la fuerza que necesitas para continuar el camino hacia la libertad.