PERLAS DIARIAS DE GRACIA - Semana 4Muestra

DÍA 5 - Los efectos de tu visión del mundo

Santiago 4:7

Efesios 6:10-18

Dos personas que viven en la misma región, una en la ciudad y la otra del campo, pueden sentirse tan cómodas con sus imágenes y sonidos locales que apenas los notan.

Cuando una persona de la ciudad va al campo durante el fin de semana, escucha los pájaros y ve con asombro los cielos negros de la noche y las estrellas brillantes.

Cuando una persona de una zona rural pasa un fin de semana en una gran ciudad, puede asustarse con el sonido de las sirenas, quedarse boquiabierto ante la altura de los edificios y maravillarse con las luces de la ciudad.

Lo mismo es cierto cuando se considera una visión del mundo y se leen las Escrituras. Si eres de una cultura occidental, es posible que apenas notes al diablo cuando leas la Biblia y niegues la realidad de su influencia en tu vida diaria.

Otras culturas pueden tener una aguda conciencia de la dimensión espiritual hasta el punto de vivir con miedo, por lo tanto, le dan al reino demoníaco demasiada atención y poder.

La Biblia dice que debemos someternos a Dios y resistir al diablo. Dependiendo de dónde vivas, puedes sentirte tentado a interpretar esto solo como «Sométete a Dios» o «Resiste al diablo». La mayoría de nosotros enfatizamos uno sobre el otro.

Nótese que primero debemos someternos a Dios, y desde nuestra posición en él, podemos resistir al diablo. Ambas son instrucciones esenciales para vivir la libertad que Jesús nos ha dado.

Como hijos de Dios, somos libres de resistir al diablo. No debemos fingir que él no existe porque eso negaría las palabras de Jesús. Desde nuestra posición en Cristo, podemos exponer los planes del enemigo y proclamar la verdad de la victoria de Dios sobre ellos. Podemos resistir al diablo por la poderosa verdad de Cristo.

Fue un gran día en mi caminar con Jesús cuando me di cuenta de que tengo que resistir al diablo debido a mi posición en Cristo y mi sumisión a Dios. Tú también puedes disfrutar de esta libertad.

Este simple proceso de dos pasos puede ser una herramienta poderosa para ayudarte a vencer el pecado en tu vida. Cuando se presenten pensamientos o situaciones tentadoras, puedes superarlas sometiéndote a Dios y resistiendo al diablo.

Pausa para reflexionar:

¿Cómo ha influido tu visión del mundo en la forma en que ves la sumisión a Dios y el resistir al diablo? ¿En cuál haces hincapié de forma natural? ¿Cuál es más probable que ignores?

Oremos:

Señor Dios, tú eres todopoderoso y victorioso. Gracias por el don de la sumisión a ti. Tú eres aquel que me creó para tener una estrecha comunión contigo. A medida que me someta a ti, resistiré al diablo.