Sola gratia: "Sólo gracia"

Esta palabra "gracia", es por mucho, una de las más resistidas por los seres humanos que insisten en que sí hay méritos suficientes para salvarse por medio de sus buenas obras y aportes. La Biblia es clara en enseñar que la salvación es por la sola gracia de Dios a través de Cristo Jesús y no hay méritos humanos. El origen de esta palabra significa “regalo no merecido”, es más, “regalo desmerecido”. Esto indica que la persona que lo recibe, no sólo no lo merecía, sino que se había hecho indigna de merecerlo.

La fe que salva no puede ser producida en el corazón humano. Dios la da sólo por gracia. Nosotros abandonamos nuestras vidas delante de Dios entendiendo que nuestras obras nunca podrían alcanzarnos para obtener salvación y vida eterna, descargamos todo lo que somos en las manos de Dios. Reconociendo esto como un regalo al cual nunca podríamos acceder de no haber sido por la gran demostración de su amor. No hay obra humana que pueda ser base de salvación; no hay método, técnica o estrategia que pueda transformar al hombre.

La salvación es únicamente por la gracia de Dios y somos rescatados de su ira por su gracia solamente. Es por la gracia de Dios que nosotros tuvimos la fe para poder creer en El. Dios no nos debe nada excepto el castigo por nuestros muchos y muy voluntariosos pecados. Por lo tanto, si salva a los pecadores, lo que hace es sólo porque le agrada hacerlo.

¡Qué grande es nuestro Dios! Decidió salvarnos de una eternidad en el infierno solo por amor a su creación y nos hizo hijos suyos. ¡No te rindas!

ORACION

¡Adorado seas tú, Padre de gloria! Gracias por mi vida, un día más tengo esta gran oportunidad de venir delante de ti. Mi corazón se goza de estar contigo. Estoy comprendiendo en tu Palabra cómo cada día demuestras tu gran amor por mí. Me sorprende como tu Palabra me guía a conocer tu bondad. Eres impresionante amado Dios, sigue trabajando cada día más en mi corazón para querer aprender más de tu obra misericordiosa sobre la humanidad. Gracias Padre Eterno. ¡Amén!