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Día 2: El poder del perdón

La violencia, ya sea física, emocional o verbal, a menudo surge de corazones llenos de ira y odio. Sin embargo, Jesús nos llama a responder de manera radical: con perdón y amor. El perdón no es fácil, especialmente cuando hemos sido víctimas de violencia o abuso, pero es el camino hacia la sanación. Perdonar no significa que estamos justificando el mal, sino que estamos entregando el peso del rencor y el odio a Dios, quien es el único que puede hacer justicia de manera perfecta.

Si tu corazón fuese como un vaso lleno de agua y sigues llenándolo de odio y rencor, pronto se desbordará, causando daño a todo lo que te rodea. Pero, si decides perdonar, dejas espacio para que Dios llene tu corazón con paz, amor y sanación. El perdón es como vaciar ese vaso para que puedas llenarlo con lo que realmente importa: la paz de Dios.

Aplicación:
Hoy, reflexiona sobre las personas que te han hecho daño y ora por la fortaleza de perdonarlas. El perdón puede ser un proceso difícil, pero es el primer paso hacia la sanación.