Leer

Cuando Pablo escribió a Timoteo, en sus dos cartas le recordó que la lectura era una parte vital de su crecimiento. En su primera carta le dijo que se ocupara en la lectura; y en la segunda carta le pidió tres cosas: su abrigo, sus libros y pergaminos. Pablo quería suplir su necesidad física (de abrigarse) y mental (de nutrirse con la palabra escrita).

Desde el inicio, la palabra escrita ha sido una pieza fundamental de la fe cristiana, ya que por medio de ella conocemos a Dios y aprendemos más sobre Él. Dios no nos dejó una película para guiar nuestra vida, sino un libro; es por ello que no debemos dejar la lectura de lado.

Tanto sonreír, crecer, vivir y leer son prácticas que nos ayudarán a vivir al máximo dentro del propósito divino.

Serie Reír, crecer, vivir

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