RestauraciónMuestra

Heridas que dan fruto

Nada puede tener más valor que ser procesado por Dios, el proceso que vives hoy demuestra el amor que Dios tiene hacia ti. También, debes comprender que esto con lo que luchas, es necesario. Sé vulnerable, a Jesús le encanta escucharte hablar, ¡sí!, se vale hablar de tus heridas, cuando dejas de ocultar lo que eres, no hay diablo que te logre juzgar. La sociedad te enseña a no ser vulnerable, pero si miras a Jesús, Él te enseña a ser frágil y genuino; un claro ejemplo, es el de Juan 11:35 donde dice que: “Él también lloró”. Entre más vulnerable eres, menos te va tocar Satanás.

El Señor hoy quiere reafirmar que estas heridas no sólo son lesiones, serán también el trampolín por el cual puedas saltar para cruzar ese gran abismo al que siempre les has tenido miedo. Déjame preguntarte: ¿Cuál es tu abismo? ¿Cuál es el temor? O, ¿qué te impide sanar tus heridas?

Una de las características más notorias de alguien restaurado, es que aprendió a perdonar; así que toda herida que se le presenta a Jesús a su tiempo dará fruto, guarda esto desde ya en tu corazón, será tu Padre Nuestro…

Sacando a flote lo que te duele y lo que eres, vivirás en la libertad en la que el Señor siempre te ha querido tener. Déjame decirte que es imposible no identificar el abismo cuando estás enfrente de él; el punto no es que Dios te ayude, el punto es si quisieras aceptar la ayuda de Dios. ¿Aceptas su ayuda?

Concentrate en:

Identificar el abismo.

Aceptar el problema.

Buscar soluciones.

Aceptar la ayuda.

Evitar la queja,

y enfócate en lo que puedes hacer.

Quizás, en este momento no entiendas ni veas el propósito, pero aunque no veas ni entiendas, Dios ya está obrando. Él ya trazó tú camino, eres tú quién decide caminar o no por la senda correcta. De no hacerlo el rumbo cambia y el destino también. Así que, cuando eres llamado por parte del Señor y quieres caminar bajo tu propio deseo, se convierte en poco agradable para ti, ya que comienzas a notar tus heridas sin querer notarlas. Por eso duele, porque nunca pensaste que serias el instrumento que el Señor usuaria para tu propia restauración. En ocasiones, el que no rompió la vasija, es al que le toca recoger los pedazos, pero es bueno que entiendas, que aún recogiendo los pedazos de la vasija rota, Él también te está ministrando.

El Dios que tú tienes es especialista en marcar antes y después en la vida de los seres humanos; que será, cuando Él encuentra un corazón dispuesto al cambio, algo sobrenatural ocurre Dice la Biblia que Él otorga la paz que sobrepasa todo entendimiento y eso que has estado buscando, lo encontrarás cuando reconozcas que su Palabra es lo único que puede llenar ese espacio vacío.