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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bk2CH">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="2CH.3">
 <div class="label">3</div><div class="s">Salom&#243;n edifica el templo</div><div class="r">(1 R. 6.1-38)</div><div class="p"> 1Comenz&#243; Salom&#243;n a edificar la casa de Jehov&#225; en Jerusal&#233;n, en el monte Moriah, que hab&#237;a sido mostrado a David su padre, en el lugar que David hab&#237;a preparado en la era de Orn&#225;n jebuseo. 2Y comenz&#243; a edificar en el mes segundo, a los dos d&#237;as del mes, en el cuarto a&#241;o de su reinado. 3Estas son las medidas que dio Salom&#243;n a los cimientos de la casa de Dios. La primera, la longitud, de sesenta codos, y la anchura de veinte codos. 4El p&#243;rtico que estaba al frente del edificio era de veinte codos de largo, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte codos; y lo cubri&#243; por dentro de oro puro. 5Y tech&#243; el cuerpo mayor del edificio con madera de cipr&#233;s, la cual cubri&#243; de oro fino, e hizo realzar en ella palmeras y cadenas. 6Cubri&#243; tambi&#233;n la casa de piedras preciosas para ornamento; y el oro era oro de Parvaim. 7As&#237; que cubri&#243; la casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes y sus puertas, con oro; y esculpi&#243; querubines en las paredes.</div><div class="p"> 8Hizo asimismo el lugar sant&#237;simo,#Ex. 26.33-34. cuya longitud era de veinte codos seg&#250;n el ancho del frente de la casa, y su anchura de veinte codos; y lo cubri&#243; de oro fino que ascend&#237;a a seiscientos talentos. 9Y el peso de los clavos era de uno hasta cincuenta siclos de oro. Cubri&#243; tambi&#233;n de oro los aposentos.</div><div class="p"> 10Y dentro del lugar sant&#237;simo hizo dos querubines#Ex. 25.18-20. de madera, los cuales fueron cubiertos de oro. 11La longitud de las alas de los querubines era de veinte codos; porque una ala era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa, y la otra de cinco codos, la cual tocaba el ala del otro querub&#237;n. 12De la misma manera una ala del otro querub&#237;n era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa, y la otra era de cinco codos, que tocaba el ala del otro querub&#237;n. 13Estos querubines ten&#237;an las alas extendidas por veinte codos, y estaban en pie con los rostros hacia la casa. 14Hizo tambi&#233;n el velo#Ex. 26.31. de azul, p&#250;rpura, carmes&#237; y lino, e hizo realzar querubines en &#233;l.</div><div class="s">Las dos columnas</div><div class="r">(1 R. 7.15-22)</div><div class="p"> 15Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de altura cada una, con sus capiteles encima, de cinco codos. 16Hizo asimismo cadenas en el santuario, y las puso sobre los capiteles de las columnas; e hizo cien granadas, las cuales puso en las cadenas. 17Y coloc&#243; las columnas delante del templo, una a la mano derecha, y otra a la izquierda; y a la de la mano derecha llam&#243; Jaqu&#237;n, y a la de la izquierda, Boaz.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bk2CH">
 <div class="chapter ch4" data-usfm="2CH.4">
 <div class="label">4</div><div class="s">Mobiliario del templo</div><div class="r">(1 R. 7.23-51)</div><div class="p"> 1Hizo adem&#225;s un altar de bronce#Ex. 27.1-2. de veinte codos de longitud, veinte codos de anchura, y diez codos de altura. 2Tambi&#233;n hizo un mar de fundici&#243;n, el cual ten&#237;a diez codos de un borde al otro, enteramente redondo; su altura era de cinco codos, y un cord&#243;n de treinta codos de largo lo ce&#241;&#237;a alrededor. 3Y debajo del mar hab&#237;a figuras de calabazas que lo circundaban, diez en cada codo alrededor; eran dos hileras de calabazas fundidas juntamente con el mar. 4Estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al norte, tres al occidente, tres al sur, y tres al oriente; y el mar descansaba sobre ellos, y las ancas de ellos estaban hacia adentro. 5Y ten&#237;a de grueso un palmo menor, y el borde ten&#237;a la forma del borde de un c&#225;liz, o de una flor de lis. Y le cab&#237;an tres mil batos. 6Hizo tambi&#233;n diez fuentes,#Ex. 30.17-21. y puso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para lavar y limpiar en ellas lo que se ofrec&#237;a en holocausto; pero el mar era para que los sacerdotes se lavaran en &#233;l.</div><div class="p"> 7Hizo asimismo diez candeleros de oro#Ex. 25.31-40. seg&#250;n su forma, los cuales puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda. 8Adem&#225;s hizo diez mesas#Ex. 25.23-30. y las puso en el templo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda; igualmente hizo cien tazones de oro. 9Tambi&#233;n hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las portadas del atrio, y cubri&#243; de bronce las puertas de ellas. 10Y coloc&#243; el mar al lado derecho, hacia el sureste de la casa.</div><div class="p"> 11Hiram tambi&#233;n hizo calderos, y palas, y tazones; y acab&#243; Hiram la obra que hac&#237;a al rey Salom&#243;n para la casa de Dios. 12Dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas; 13cuatrocientas granadas en las dos redes, dos hileras de granadas en cada red, para que cubriesen las dos esferas de los capiteles que estaban encima de las columnas. 14Hizo tambi&#233;n las basas, sobre las cuales coloc&#243; las fuentes; 15un mar, y los doce bueyes debajo de &#233;l; 16y calderos, palas y garfios; de bronce muy fino hizo todos sus enseres Hiram-abi al rey Salom&#243;n para la casa de Jehov&#225;. 17Los fundi&#243; el rey en los llanos del Jord&#225;n, en tierra arcillosa, entre Sucot y Seredata. 18Y Salom&#243;n hizo todos estos enseres en n&#250;mero tan grande, que no pudo saberse el peso del bronce.</div><div class="p"> 19As&#237; hizo Salom&#243;n todos los utensilios para la casa de Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se pon&#237;an los panes de la proposici&#243;n; 20asimismo los candeleros y sus l&#225;mparas, de oro puro, para que las encendiesen delante del lugar sant&#237;simo conforme a la ordenanza. 21Las flores, lamparillas y tenazas se hicieron de oro, de oro fin&#237;simo; 22tambi&#233;n las despabiladeras, los lebrillos, las cucharas y los incensarios eran de oro puro. Y de oro tambi&#233;n la entrada de la casa, sus puertas interiores para el lugar sant&#237;simo, y las puertas de la casa del templo.</div>
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 <div class="book bk1JN">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="1JN.3">
 <div class="label">3</div><div class="s">Hijos de Dios</div><div class="p"> 1Mirad cu&#225;l amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;#Jn. 1.12. por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoci&#243; a &#233;l. 2Amados, ahora somos hijos de Dios, y a&#250;n no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando &#233;l se manifieste, seremos semejantes a &#233;l, porque le veremos tal como &#233;l es. 3Y todo aquel que tiene esta esperanza en &#233;l, se purifica a s&#237; mismo, as&#237; como &#233;l es puro.</div><div class="p"> 4Todo aquel que comete pecado, infringe tambi&#233;n la ley; pues el pecado es infracci&#243;n de la ley. 5Y sab&#233;is que &#233;l apareci&#243; para quitar nuestros pecados,#Jn. 1.29. y no hay pecado en &#233;l. 6Todo aquel que permanece en &#233;l, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. 7Hijitos, nadie os enga&#241;e; el que hace justicia es justo, como &#233;l es justo. 8El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareci&#243; el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en &#233;l; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.</div><div class="p"> 11Porque este es el mensaje que hab&#233;is o&#237;do desde el principio: Que nos amemos unos a otros.#Jn. 13.34. 12No como Ca&#237;n, que era del maligno y mat&#243; a su hermano.#Gn. 4.8. &#191;Y por qu&#233; causa le mat&#243;? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. 13Hermanos m&#237;os, no os extra&#241;&#233;is si el mundo os aborrece. 14Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida,#Jn. 5.24. en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 15Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sab&#233;is que ning&#250;n homicida tiene vida eterna permanente en &#233;l. 16En esto hemos conocido el amor, en que &#233;l puso su vida por nosotros; tambi&#233;n nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra &#233;l su coraz&#243;n, &#191;c&#243;mo mora el amor de Dios en &#233;l? 18Hijitos m&#237;os, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.</div><div class="p"> 19Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de &#233;l; 20pues si nuestro coraz&#243;n nos reprende, mayor que nuestro coraz&#243;n es Dios, y &#233;l sabe todas las cosas. 21Amados, si nuestro coraz&#243;n no nos reprende, confianza tenemos en Dios; 22y cualquiera cosa que pidi&#233;remos la recibiremos de &#233;l, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de &#233;l. 23Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.#Jn. 13.34; 15.12,17. 24Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en &#233;l. Y en esto sabemos que &#233;l permanece en nosotros, por el Esp&#237;ritu que nos ha dado.</div>
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 <div class="book bkNAM">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="NAM.2">
 <div class="label">2</div><div class="p"> 1Subi&#243; destruidor contra ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, c&#237;&#241;ete los lomos, refuerza mucho tu poder. 2Porque Jehov&#225; restaurar&#225; la gloria de Jacob como la gloria de Israel; porque saqueadores los saquearon, y estropearon sus mugrones.</div><div class="p"> 3El escudo de sus valientes estar&#225; enrojecido, los varones de su ej&#233;rcito vestidos de grana; el carro como fuego de antorchas; el d&#237;a que se prepare, temblar&#225;n las hayas. 4Los carros se precipitar&#225;n a las plazas, con estruendo rodar&#225;n por las calles; su aspecto ser&#225; como antorchas encendidas, correr&#225;n como rel&#225;mpagos. 5Se acordar&#225; &#233;l de sus valientes; se atropellar&#225;n en su marcha; se apresurar&#225;n a su muro, y la defensa se preparar&#225;. 6Las puertas de los r&#237;os se abrir&#225;n, y el palacio ser&#225; destruido. 7Y la reina ser&#225; cautiva; mandar&#225;n que suba, y sus criadas la llevar&#225;n gimiendo como palomas, golpe&#225;ndose sus pechos. 8Fue N&#237;nive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: &#161;Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira. 9Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables.</div><div class="p"> 10Vac&#237;a, agotada y desolada est&#225;, y el coraz&#243;n desfallecido; temblor de rodillas, dolor en las entra&#241;as, rostros demudados. 11&#191;Qu&#233; es de la guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recog&#237;a el le&#243;n y la leona, y los cachorros del le&#243;n, y no hab&#237;a quien los espantase? 12El le&#243;n arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de presa sus cavernas, y de robo sus guaridas.</div><div class="s">Destrucci&#243;n total de N&#237;nive</div><div class="p"> 13Heme aqu&#237; contra ti, dice Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos. Encender&#233; y reducir&#233; a humo tus carros, y espada devorar&#225; tus leoncillos; y cortar&#233; de la tierra tu robo, y nunca m&#225;s se oir&#225; la voz de tus mensajeros.</div>
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 <div class="book bkLUK">
 <div class="chapter ch18" data-usfm="LUK.18">
 <div class="label">18</div><div class="s">Par&#225;bola de la viuda y el juez injusto</div><div class="p"> 1Tambi&#233;n les refiri&#243; Jes&#250;s una par&#225;bola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, 2diciendo: Hab&#237;a en una ciudad un juez, que ni tem&#237;a a Dios, ni respetaba a hombre. 3Hab&#237;a tambi&#233;n en aquella ciudad una viuda, la cual ven&#237;a a &#233;l, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4Y &#233;l no quiso por alg&#250;n tiempo; pero despu&#233;s de esto dijo dentro de s&#237;: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le har&#233; justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6Y dijo el Se&#241;or: O&#237;d lo que dijo el juez injusto. 7&#191;Y acaso Dios no har&#225; justicia a sus escogidos, que claman a &#233;l d&#237;a y noche? &#191;Se tardar&#225; en responderles? 8Os digo que pronto les har&#225; justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, &#191;hallar&#225; fe en la tierra?</div><div class="s">Par&#225;bola del fariseo y el publicano</div><div class="p"> 9A unos que confiaban en s&#237; mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo tambi&#233;n esta par&#225;bola: 10Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, ad&#250;lteros, ni aun como este publicano; 12ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13Mas el publicano, estando lejos, no quer&#237;a ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, s&#233; propicio a m&#237;, pecador. 14Os digo que este descendi&#243; a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, ser&#225; humillado; y el que se humilla ser&#225; enaltecido.#Mt. 23.12; Lc. 14.11.</div><div class="s">Jes&#250;s bendice a los ni&#241;os</div><div class="r">(Mt. 19.13-15; Mr. 10.13-16)</div><div class="p"> 15Tra&#237;an a &#233;l los ni&#241;os para que los tocase; lo cual viendo los disc&#237;pulos, les reprendieron. 16Mas Jes&#250;s, llam&#225;ndolos, dijo: Dejad a los ni&#241;os venir a m&#237;, y no se lo impid&#225;is; porque de los tales es el reino de Dios. 17De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un ni&#241;o, no entrar&#225; en &#233;l.</div><div class="s">El joven rico</div><div class="r">(Mt. 19.16-30; Mr. 10.17-31)</div><div class="p"> 18Un hombre principal le pregunt&#243;, diciendo: Maestro bueno, &#191;qu&#233; har&#233; para heredar la vida eterna? 19Jes&#250;s le dijo: &#191;Por qu&#233; me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo Dios. 20Los mandamientos sabes: No adulterar&#225;s;#Ex. 20.14; Dt. 5.18. no matar&#225;s;#Ex. 20.13; Dt. 5.17. no hurtar&#225;s;#Ex. 20.15; Dt. 5.19. no dir&#225;s falso testimonio;#Ex. 20.16; Dt. 5.20. honra a tu padre y a tu madre.#Ex. 20.12; Dt. 5.16. 21&#201;l dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. 22Jes&#250;s, oyendo esto, le dijo: A&#250;n te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendr&#225;s tesoro en el cielo; y ven, s&#237;gueme. 23Entonces &#233;l, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. 24Al ver Jes&#250;s que se hab&#237;a entristecido mucho, dijo: &#161;Cu&#225;n dif&#237;cilmente entrar&#225;n en el reino de Dios los que tienen riquezas! 25Porque es m&#225;s f&#225;cil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26Y los que oyeron esto dijeron: &#191;Qui&#233;n, pues, podr&#225; ser salvo? 27&#201;l les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. 28Entonces Pedro dijo: He aqu&#237;, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido. 29Y &#233;l les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, 30que no haya de recibir mucho m&#225;s en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.</div><div class="s">Nuevamente Jes&#250;s anuncia su muerte</div><div class="r">(Mt. 20.17-19; Mr. 10.32-34)</div><div class="p"> 31Tomando Jes&#250;s a los doce, les dijo: He aqu&#237; subimos a Jerusal&#233;n, y se cumplir&#225;n todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. 32Pues ser&#225; entregado a los gentiles, y ser&#225; escarnecido, y afrentado, y escupido. 33Y despu&#233;s que le hayan azotado, le matar&#225;n; mas al tercer d&#237;a resucitar&#225;. 34Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entend&#237;an lo que se les dec&#237;a.</div><div class="s">Un ciego de Jeric&#243; recibe la vista</div><div class="r">(Mt. 20.29-34; Mr. 10.46-52)</div><div class="p"> 35Aconteci&#243; que acerc&#225;ndose Jes&#250;s a Jeric&#243;, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; 36y al o&#237;r a la multitud que pasaba, pregunt&#243; qu&#233; era aquello. 37Y le dijeron que pasaba Jes&#250;s nazareno. 38Entonces dio voces, diciendo: &#161;Jes&#250;s, Hijo de David, ten misericordia de m&#237;! 39Y los que iban delante le reprend&#237;an para que callase; pero &#233;l clamaba mucho m&#225;s: &#161;Hijo de David, ten misericordia de m&#237;! 40Jes&#250;s entonces, deteni&#233;ndose, mand&#243; traerle a su presencia; y cuando lleg&#243;, le pregunt&#243;, 41diciendo: &#191;Qu&#233; quieres que te haga? Y &#233;l dijo: Se&#241;or, que reciba la vista. 42Jes&#250;s le dijo: Rec&#237;bela, tu fe te ha salvado. 43Y luego vio, y le segu&#237;a, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.</div>
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