El Dios Que Nos SalvaMuestra

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María no solamente magnifica el poder de Dios. Su misericordia -llámese “amor firme” o aun “bondad”, si se prefiere- también aviva su alabanza. El Salmo 103:17 exclama: “Y su misericordia se extiende de generación en generación a los que le temen”.

María hace que su cántico ascienda de lo individual a lo general. Sin embargo, nótese el requisito de Dios a su creación: “a los que le temen”, esto es, a los que de corazón y mente están llenos de una reverente actitud hacia Dios; su misericordia es para personas genuinamente devotas, verdaderamente piadosas.

Esta palabra “temer”, no se refiere a un miedo motivado por el temor a las posibles consecuencias o maldiciones de la desobediencia. No es a eso lo que se refieren María y muchos otros autores en la biblia. El temor del que se habla aquí es un temor reverencial, un reconocimiento del poder de Dios y de su soberanía. Nos sujetamos a Él porque es lo que conviene a nuestras vidas.

Todos tenemos algo por lo que vivir. Pasiones y motivos para levantarnos cada día. Dios quiere que entregues eso en sus manos y que lo reconozcas como el Soberano de tu vida. Eso es lo que está declarando María en este pasaje. Sus labios componen estrofas puras, sencillas y verdaderas.

Súmate al grupo de María y sé bendecido/a de generación en generación.