Compartir tu Fe con Amigos y Familia: Una Guía PrácticaMuestra

Amando a Dios y Viviendo tu Fe

El evangelismo no se trata solo de lo que decimos; nuestras acciones a menudo hablan más fuerte que las palabras. La manera en que vivimos nuestras vidas puede ser un testimonio poderoso para quienes nos rodean. Amando a los demás y siguiendo la palabra de Dios, podemos compartir Su mensaje de manera natural con familiares y amigos, sin la necesidad de entrar en conversaciones difíciles de inmediato.

Puede ser abrumador compartir la palabra de Dios con aquellos que mejor nos conocen: nuestra familia y amigos. Pero vivir una vida que honre a Dios es un excelente punto de partida. Se trata menos de tener la conversación perfecta y más de encarnar el amor, la paz y un deseo genuino de acercarse a Cristo.

A medida que crecemos en nuestro amor por Dios y seguimos Sus enseñanzas, nos volvemos más como Él. Esta transformación nos permite reflejar Su luz y extender Su amor a quienes nos importan.

Jesús lo resume maravillosamente en Mateo 22:36-40: «Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?» Jesús le dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y más grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas."

Amar a Dios plenamente y esforzarse por vivir de acuerdo a Su palabra es una gran manera de comenzar a compartir el Evangelio con tu familia y amigos.

Ora: Pide a Dios que profundice tu amor por los demás y que te ayude a reflejar Su carácter en tus interacciones con familiares y amigos.
Actúa: Identifica una forma en la que puedas mostrar amor y bondad a un miembro de tu familia o amigo hoy. Deja que tus acciones reflejen tu fe y sean un punto de partida para una conversación sobre el amor de Dios.

Padre Dios, gracias por Tu amor incondicional y por Tu apoyo constante a lo largo de mi vida. Estoy agradecido por Tu presencia en cada aspecto de mi viaje. Ayúdame a crecer en mi amor por Ti y por los demás, y a vivir de una manera que refleje Tu gracia a mi familia y amigos. Que mi vida sea una luz para aquellos que aún no te conocen, mostrándoles el mismo amor que Tú me das cada día. Amén.