Amor Verdadero: El Amor De Dios Y El Amor en El MatrimonioMuestra

El amor que crece: Fortaleciendo el Matrimonio con Dios como Centro

El amor en el matrimonio crece cuando Dios es el centro. Cuando ambos cónyuges ponen a Dios primero, la relación se fortalece. Un matrimonio con Dios como fundamento es inquebrantable, porque Él es la fuente de todo amor verdadero. Al vivir en su voluntad y buscar Su guía, el amor se profundiza, la unidad se fortalece y la relación florece.

Cuando Dios ocupa el primer lugar en el matrimonio, ambos esposos experimentan una transformación en sus corazones. A medida que buscan Su voluntad y se entregan a Su plan, las prioridades cambian, y el amor mutuo se nutre de una fuente eterna e inagotable. La oración compartida, el estudio de la Palabra y el compromiso con la fe no solo acercan a la pareja a Dios, sino que también los acercan entre sí, creando una intimidad que va más allá de lo emocional o lo físico. Al estar alineados con los propósitos divinos, el matrimonio se convierte en un reflejo de Su amor sacrificial, y las dificultades que enfrenten no los separan, sino que los unen más profundamente. Dios, como la roca firme, sostiene a la pareja en los momentos de tormenta y les da paz en medio de la adversidad, asegurando que su amor sea duradero y resistente al paso del tiempo.

Este es el momento perfecto para renovar el compromiso de poner a Dios en el centro de tu matrimonio. Al orar juntos, leer la palabra y buscar Su dirección, estás fortaleciendo tu relación no solo con tu esposo, sino también con Dios.

Pregunta de Reflexión:

• ¿Qué pasos concretos puedes tomar para poner a Dios más en el centro de tu matrimonio?

Oración:
Señor, te entrego mi matrimonio. Que Tú seas el centro de nuestra relación y que nuestro amor se fundamente en Ti. Ayúdanos a buscarte juntos, orar juntos y crecer en unidad bajo Tu guía. En el nombre de Jesús, amén.

Acción Práctica:
Dedica un tiempo este día para orar junto con tu esposo. Si no lo haces regularmente, comienza una práctica de oración juntos. Si ya lo hacen, profundicen su tiempo en oración pidiendo a Dios que los fortalezca como pareja.

Conclusión del Devocional:

En estos cinco días hemos aprendido sobre el amor de Dios y cómo podemos reflejar ese amor en nuestro matrimonio. El amor verdadero es sacrificial, perdonador, comunicativo, empático y se fortalece cuando ponemos a Dios en el centro. Que este mes de febrero sea un tiempo de renovación en tu relación, donde el amor de Dios fluya abundantemente en tu vida y en tu matrimonio.