Día 1

¿Qué estoy impartiendo?

·Tengo muchos deseos de verlos para impartirles algún don espiritual que los fortalezca; mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos. Romanos 1:11-12

Quiero dejar algo en ti, quiero verte, quiero impartir algún don espiritual, quiero animarte, quiero compartir mi fe contigo, quiero contarte lo que Dios ha hecho, quiero creer por lo que hará en nuestras vidas, quiero abrazarte, quiero reír contigo, quiero tomarme una selfie contigo… ¡ja,ja,ja! Quiero dejar una marca en ti. ¿En quién piensas cuando lees esto? ¿Quién te gustaría que te lo dijera a ti?

Según la Real Academia Española, “impartir” es dar o distribuir algo, especialmente de carácter no material. Partiendo de esta definición debemos concluir en que todos los amigos que han pasado por nuestras vidas nos han impartido algo, ya sea positivo o negativo. Quiero describir esa impartición como el hecho de que nuestros amigos pasan por nuestras vidas y dejan una marca.

Todos sabemos que muchas veces los amigos están en nuestras vidas por una temporada, otros permanecen y la amistad va madurando, a medida que nosotros también lo hacemos. La amistad, para que sea duradera, debe evolucionar, se debe ajustar a las temporadas de vida que atravesamos.

Para Jesús sus amigos fueron tan importantes que lloró cuando uno de ellos falleció (Juan 11:35). Y no solo lloró, si no que manifestó su gloria y poder, resucitándolo y dándole una nueva oportunidad de vivir. Imagino que esos años adicionales que Lázaro vivió los invirtió testificando acerca de la identidad de su amigo, el hijo de Dios.

Jesús impartió vida y eternidad en su amigo Lázaro, pero también en ti y en mí. ¿Qué estás impartiendo hoy en otros?

Oración por los amigos

Señor, reconozco el valor de los amigos, las personas con las cuales me permites compartir la vida, a parte de mi familia. Te doy gracias por sus vidas, te pido que me permitas impartir bendición, apoyo, consuelo, momentos alegres y consejos sabios a sus vidas. Pido recibir la misma impartición, aunque no lo haga con el interés de recibir nada. Bendice nuestra amistad y que con el tiempo siempre pueda madurar. En el nombre de Jesús. Amén.