Devocional Mayo "Lámpara a mis pies"Muestra

“Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida” - (Jueces 16:30).

Este capítulo del libro de jueces está cargado de una extraña melancolía, por un lado vemos el final de Sansón, un hombre que había sido escogido para liberar a su pueblo, pero que no valoró la vida en santidad y terminó sin ojos, (literalmente), siendo la mascota de sus enemigos, humillado, e incluso muerto junto a ellos.

Pero al mismo tiempo vemos como Dios, en su inagotable misericordia escucha la oración de un hombre que se había desviado totalmente, que estaba en el punto más bajo de su vida y le permite cumplir su propósito, librando al pueblo de sus más grandes opresores.

Es una gracia que conmueve. Nos demuestra que Dios nos escucha aún cuando le hemos dado la espalda de la forma más arrogante y que Él cumple sus promesas aún cuando nosotros somos totalmente infieles. ¿Cómo puede Dios ser tan amoroso con nosotros?

No sé en qué lugar estás hoy, si le diste la espalda a Dios, si no te interesa vivir en santidad, si tienes luchas o si estás pagando un precio por ser fiel. El mensaje del Señor hoy para ti es este: “Hijo, acá estoy contigo”.

Es bueno terminar esta reflexión con esta frase de Charles Spurgeon, el príncipe de los predicadores: “Todo hombre tiene la posibilidad de decidir entre ser humilde o ser humillado".

La santidad es el camino de la humildad y el pecado es el camino de la humillación.