De Amarga a Bendecida: La Redención De NoemíMuestra

La amargura puede distorsionar la visión que tenemos sobre quién es Dios; sin embargo, Él no cambia.

La historia de Noemí comienza con una serie de tragedias: primero, una hambruna la obliga a dejar su tierra. Luego, pierde a su esposo y a sus dos hijos. Cuando regresa a Belén, está tan transformada por el dolor que pide que la llamen «Mara», que significa «amarga».

La amargura de Noemí es palpable y ella culpa a Dios por sus desgracias, diciendo: «El Todopoderoso me ha llenado de amargura.» (Rt 1:20b), lo cual evidencia que su dolor ha distorsionado su perspectiva de Dios y de la vida.

Como mujeres, a menudo nos enfrentamos a circunstancias que pueden llevarnos a la amargura. Pérdidas, decepciones, sueños rotos, etc., todo puede ser terreno fértil para que la amargura eche raíces. Sin embargo, Hebreos 12:15 nos advierte: «Cuídense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados.».

La lección de Noemí nos recuerda que, aunque es natural sentir dolor y tristeza, debemos estar en guardia contra la amargura que puede nublar nuestra visión de Dios y envenenar nuestras relaciones.

• Aprende: ¿Cómo expresó Noemí su amargura? ¿De qué manera el dolor puede afectar nuestra perspectiva de Dios?
• Vive: Reflexiona sobre momentos en tu vida donde hayas experimentado amargura y responde: ¿Cómo afectó tu relación con Dios y con los demás?
• Lidera: Comparte con alguien de confianza sobre un momento en el que luchaste contra la amargura y juntos respondan: ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente a evitar que la amargura eche raíces en nuestros corazones?

Oración
Padre Celestial, reconocemos que a veces las circunstancias de la vida pueden llevarnos a la amargura. Ayúdanos a traerte nuestro dolor y desilusiones, confiando en que Tú eres bueno incluso cuando no entendemos. Guárdanos de las raíces de amargura y renueva nuestra esperanza en ti. En el nombre de Jesús. Amén.