Amiga Biblia Comentario Devocional – Cartas De JuanMuestra

TEXTO BÍBLICO: Los Hijos de Dios (1 Juan 2:28-29 NVI)

28 Y ahora, queridos hijos, permanezcan en él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida

29 Si reconocen que Jesucristo es justo, reconozcan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él.

ENTENDIENDO EL TEXTO

¡Debemos permanecer firmes en Jesús porque Él volverá! Debemos poner en práctica lo que hemos aprendido, siendo justos como Él lo fue.

PAUSA PARA MEDITAR

¿Y tú? ¿Seguimos firmes, buscando aprender y practicando lo que aprendemos?

TEXTO BÍBLICO: 1 Juan 3:1-10 NVI

4 Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley. 5Pero ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado. 6Todo el que permanece en él no practica el pecado. Todo el que practica el pecado no lo ha visto ni lo ha conocido. seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. 3 Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro.

4 Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley. 5 Pero ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado. 6 Todo el que permanece en él no practica el pecado. Todo el que practica el pecado no lo ha visto ni lo ha conocido.

7 Queridos hijos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como él es justo. 8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo. 9 Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede seguir pecando, porque ha nacido de Dios. 10 Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios, como tampoco lo es el que no ama a su hermano.

ENTENDIENDO EL TEXTO

V.1 ¡FÍJENSE QUÉ GRAN AMOR NOS HA DADO EL PADRE: ¡QUE SE NOS LLAME HIJOS DE DIOS! ¡Y LO SOMOS! No sé tú, pero mi corazón se llena de alegría al leer este versículo. Juan también escribe sobre esto en su Evangelio: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios.” (Juan 1:12. Antes solo éramos criaturas, ¡y ahora, a través de JESÚS, somos hijos e hijas! ¿Entiendes la profundidad de eso?

V.2 Somos hijos e hijas, pero aún no somos perfectos como Él. Llegará el día en que seremos santificados y glorificados como Él, y lo veremos tal como es. Para los que están firmes en Jesús, ese día no temeremos; anhelamos estar en los brazos del Padre.

V.3 Todos los que esperamos encontrarnos con Dios debemos buscar purificarnos. Eso se llama santificación: hacer lo correcto ante los ojos de Dios y dejar de lado lo que no le agrada.

V.4 Todo el que practica el pecado, transgrede, desobedece la Ley. Con “L” mayúscula es la Ley de Dios, la Biblia. ¿Qué es el pecado? Es desobedecer la Ley de Dios: no hacer lo que Él dice, o dejar de hacer lo que Él nos ordena.

V.5 Jesús no tiene pecado, Él es santo y puro. Por eso vino y murió en nuestro lugar.

V.6 Todos los que están en Dios no viven en el pecado. Quien vive en pecado realmente no ha conocido a Dios. Eso es algo que debemos reflexionar. Viéndonos a nosotros mismos, ¿será que estamos viviendo así?

V.7-8 El que practica la justicia de Dios es el correcto. Pero el que practica el pecado es del diablo. Resalto la palabra practica porque es importante entenderla bien. Te doy un ejemplo: piensa en un futbolista. Él practica fútbol todos los días. Tú y yo podemos jugar fútbol alguna vez, pero no tenemos práctica porque no lo hacemos constantemente, ¿entiendes? El que practica el pecado es del diablo: son los que viven haciendo lo mismo mal una y otra vez, y saben que está mal, pero no lo dejan. Nosotros, si de verdad buscamos a Dios, el pecado debe ser un “accidente” en nuestra vida, no una práctica. Nuestro hábito debe ser hacer la voluntad de Dios. Eso sí: debemos esforzarnos cada día por aprender y practicar para llegar a ser como Cristo. Jesús vino para salvarnos del pecado y de la condenación.

V.9 Quien realmente se ha entregado a Dios no vive practicando el pecado.

V.10 Jesús enseñó en Mateo 12:33 que “el árbol se reconoce por su fruto”. O sea, si una persona vive en pecado y no quiere cambiar, entendemos que es hijo del diablo. Pero si la persona busca cada día aprender de Dios y obedecerlo, por ejemplo, amando a su prójimo, ahí vemos que realmente es de Dios.

PAUSA PARA MEDITAR

¿Y tú? ¿Has estado practicando el pecado o practicando las cosas de Dios? ¿Qué frutos estás dando?