Mi Camino Con DiosMuestra

El texto de hoy me recuerda que las batallas de la vida no siempre se ganan con fuerza humana, sino con fidelidad a Dios y valor para enfrentar gigantes. Aunque David no estuvo al frente en todas las guerras, su pueblo siguió adelante y venció, porque la victoria no depende solo de quien lidera, sino de quién camina confiando en el Señor. Así como los valientes de Israel derrotaron a los descendientes de gigantes, nosotros también podemos derribar lo que parece invencible cuando avanzamos en fe. Esta meditación nos invita a no temer los desafíos grandes, sino a recordar que si Dios está con nosotros, ningún “gigante” podrá detener su propósito en nuestra vida.