Felices Por SiempreMuestra

Cuando uno es soltero: Huya del adulterio En el siglo 21 podría parecer que es una misión inútil tratar de defender el celibato entre las personas solteras, que es una batalla que se perdió hace mucho tiempo. De todos modos, hágalo. Nunca es demasiado tarde para volver a aprender los caminos de Dios; si se cambia un solo corazón, si se bendice sólo una vida, vale la pena. Aunque toleren e incluso promuevan la vida sexual fuera del matrimonio, todas las sociedades saben que eso tiene costos sociales y personales; dos de ellos son los embarazos inconvenientes o no deseados y las enfermedades de transmisión sexual. Dios sabe de esos costos y de muchos más, pues fue él quien diseñó el matrimonio como el ámbito exclusivo para la sexualidad humana. Él inspiró a San Pablo a escribir: "Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca" (1 Corintios 6:18). ¿En qué palabra y en cuáles caminos se podría confiar más que en los de Dios? El que envió a su propio Hijo como un cordero sacrificial para quitar el pecado del mundo no va a promover conductas que nos hagan daño; las cosas que prohíbe son en realidad destructivas y dolorosas. Su voluntad es buena, sus mandamientos protegen cosas preciosas, como el matrimonio, como su cuerpo.