Padres y Madres: Devociones del Ministerio Tiempo de GraciaMuestra

Ser hijo de padres: Obedezca a sus padres Ya ha visto lo que pasa cuando un niño no ha aprendido a obedecer, ¿no es así? “Sally, ven aquí. ¡Sally! Lo digo en serio, ahora mismo. Por favor, Sally, si vienes aquí, te voy a llevar a McDonald’s. Muy bien, también a la tienda de juguetes”. Eso es repugnante, ¿no? Cuando los padres no le enseñan a su hijo que van a decir algo una sola vez y esperan que se haga, ese niño ha aprendido esto: “Tengo el poder, no me importa lo que tu digas”. Un niño que no aprendió a obedecer a sus padres probablemente nunca será un buen empleado y, lo que es peor, nunca aprenderá a obedecer a Dios. ¿Cómo pueden los niños obedecer a quien que no pueden ver si no han aprendido el concepto básico de dejarse guiar por sus propios padres? Si no pueden aprender a obedecerlo a usted, poner una inscripción con los Diez Mandamientos en su habitación no les va a ayudar a obedecer a Dios. Por eso, la enseñanza de la obediencia alegre merece nuestra más completa, más firme atención. Después de comisionar a sus apóstoles a hacer discípulos de todas las naciones, Jesús añadió: “. . . enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. Para estimularlos y fortalecerlos, añadió “Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).