Proyecto Biblia | La redención en la historia bíblicaMuestra

El pago de la redención

En la lectura de hoy, vemos que el faraón se aferra a los israelitas esclavizados sin piedad porque cree que son de su propiedad. No son suyos y, a medida que se desarrolla la historia, la última plaga mortal afecta a todos los involucrados (ya sean israelitas o egipcios), lo cual sugiere que todos se han convertido en esclavos de la mismísima muerte.

Primero, Dios envía nueve plagas destructoras sobre Egipto, pero el faraón persiste en su obstinación y se niega a dejar ir a Israel. La décima y última plaga cae sobre todos los primogénitos de Egipto (animales y humanos, tanto hebreos como egipcios por igual). Para que los primogénitos sobrevivieran a esta última plaga mortal, las familias debían sacrificar un cordero sin defectos y marcar los postes de sus puertas con su sangre.

Todos los hogares que confían en Dios siguiendo esta instrucción son librados de la muerte; la sangre del animal inmaculado es un símbolo de una vida perfecta que se entrega a la muerte para abrir un camino de regreso a la vida con Dios (Éxodo 11 a 13).

Luego, Dios da instrucciones a los israelitas para que rediman a sus hijos primogénitos porque ellos le pertenecen (Éxodo 13:2, 13). Pero años más tarde, Dios se centra en una tribu, los levitas, y los llama solo a ellos para que dediquen a sus hijos al servicio del templo como sacerdotes (Números 3:11-13, 44-45).

Los levitas reemplazaban a la mayoría de los hijos primogénitos de las otras tribus, pero no a todos. Había 273 primogénitos más que la cantidad de levitas, por lo que las familias de tribus que no eran levitas deben pagarles cinco siclos a los levitas por cada uno de esos 273 hijos para poder redimirlos (Números 3:46-51). En este caso (y en muchos otros casos similares en las Escrituras), la redención incluye el intercambio de algún tipo de pago.

Ejercicios para reflexionar:

Según Éxodo 13:1-16, ¿por qué los primogénitos le pertenecen a Dios?