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Casa De Oración Puerta Del Cielo

DÍA 2 DE 5

Nosotros somos la Casa del Espíritu

"¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es" (1 Corintios 3:16-17).

Pablo exhorta a los creyentes a vivir en santidad, recordándoles que sus cuerpos no les pertenecen, sino que han sido comprados por precio. Ya no hay un templo físico como único lugar de adoración: ahora, cada creyente es morada del Espíritu Santo. En Efesios, se nos describe como piedras vivas edificadas sobre el fundamento de los apóstoles, con Cristo como piedra angular.

Reflexión:
Eres un santuario en movimiento. El Espíritu de Dios no solo habita en estructuras de piedra, sino en corazones rendidos. Esta verdad transforma nuestra identidad y nuestra conducta. ¿Cómo estás cuidando ese templo? ¿Qué pensamientos, hábitos o relaciones están contaminando ese lugar sagrado? La santidad no es una carga, sino una respuesta de amor a Aquel que decidió habitar en ti. Hoy, conságrate de nuevo. Haz limpieza espiritual. Que tu vida sea un altar donde el Espíritu se sienta bienvenido.

En la cultura grecorromana, los templos eran considerados lugares sagrados donde habitaban los dioses. Pablo, escribiendo a comunidades rodeadas de idolatría y prácticas inmorales, hace una declaración radical: el verdadero templo de Dios no es un edificio, sino el cuerpo del creyente. Esta afirmación no solo confronta la cultura, sino que redefine la espiritualidad cristiana: Dios no visita, Él habita.

Si el Espíritu Santo habita en ti, entonces:

  • Tus pensamientos deben ser puros, porque son el incienso del templo.
  • Tus palabras deben edificar, porque son la voz que resuena en el santuario.
  • Tus acciones deben reflejar santidad, porque son el culto diario que ofreces.

¿Qué estás permitiendo dentro del templo? A veces, sin darnos cuenta, dejamos entrar actitudes, hábitos o relaciones que contaminan lo sagrado. Dejamos que la carne y las pasiones de este mundo nos influya y habite en nosotros. Dejamos a un lado al Espíritu, para darle la bienvenida al mundo, al pecado y a las tentaciones. Pero Dios no busca perfección humana, sino disposición. Él quiere limpiar, restaurar y llenar Su casa con Su gloria. Ser templo también implica misión. Así como el templo era un lugar de encuentro entre Dios y el pueblo, tu vida debe ser un punto de acceso al cielo para otros. Que quienes te rodean puedan decir: “Aquí habita Dios”.

· Mateo 6:33 – Buscad primeramente el Reino de Dios.
Jesús, en el Sermón del Monte, enseña a no vivir angustiados por las necesidades materiales. En lugar de preocuparnos por lo que comeremos o vestiremos, nos llama a priorizar el Reino de Dios y Su justicia, asegurando que todo lo demás será añadido.

Reflexión:
Como templos del Espíritu, nuestra prioridad no puede ser lo terrenal. Buscar primero el Reino es vivir con una conciencia espiritual constante, donde cada decisión refleja el gobierno de Dios en nosotros. Cuando el Reino es lo primero, el resto encuentra su lugar. ¿Qué ocupa hoy el centro de tu atención? ¿Estás construyendo tu vida desde el altar o desde la ansiedad?

· 2 Corintios 10:3 – Es verdad que vivimos en este mundo, pero no actuamos como todo el mundo.

En este pasaje, introduce una verdad poderosa: aunque vivimos en un cuerpo humano, nuestra lucha no se libra con armas humanas. Él está hablando de una guerra espiritual, donde los argumentos, pensamientos y fortalezas mentales deben ser derribados por el poder de Dios, no por métodos carnales.

Reflexión:

Como templos del Espíritu, no solo somos morada, también somos soldados. Vivimos en un cuerpo físico, sí, pero nuestra batalla es espiritual. No se trata de ganar discusiones, sino de derribar fortalezas mentales que se oponen al conocimiento de Dios. Esto incluye pensamientos de culpa, incredulidad, orgullo, temor o pasividad espiritual. Vivimos en este mundo, pero no por eso, haremos lo que ellos hacen. Pues ya estamos separados para Dios, y por eso hay que cuidar nuestro templo, de acciones y tentaciones que solo los del mundo cometen.

· 1 Corintios 10:23 – Todo me es lícito, pero no todo conviene.

Pablo habla sobre la libertad cristiana. Aunque muchas cosas pueden ser permitidas, no todas edifican ni glorifican a Dios. El creyente debe discernir lo que conviene espiritualmente.

Reflexión:
Ser templo del Espíritu implica vivir con discernimiento y propósito. No se trata solo de lo que “puedo hacer”, sino de lo que conviene para mi santidad, mi testimonio y mi comunión con Dios. ¿Estás eligiendo lo que edifica o lo que entretiene? La libertad en Cristo no es licencia para contaminar el templo, sino poder para preservarlo.

· Santiago 4:4 – La amistad del mundo es enemistad contra Dios.

Santiago confronta a los creyentes que coquetean con los valores del mundo. Llama “adúlteros” a quienes dividen su lealtad entre Dios y el sistema mundano.

Reflexión:
El templo no puede tener dos señores. No podemos ser casa del Espíritu y al mismo tiempo refugio de valores contrarios al Reino, habitando en el mundo. La amistad con el mundo no es neutral: es traición espiritual. Hoy, examina tus alianzas, tus afectos, tus prioridades. ¿A quién estás siendo fiel? Dios no comparte Su trono con nadie.

· Apocalipsis 3:15–16 – No eres frío ni caliente… te vomitaré de mi boca.
Jesús reprende a la iglesia de Laodicea por su tibieza espiritual. No eran ni apasionados ni completamente alejados: estaban en un estado de indiferencia peligrosa.

Reflexión:
Un templo tibio es un templo vacío. Dios busca fuego, no formalismo. La tibieza es el resultado de una vida sin altar, sin oración, sin entrega. ¿Cómo está la temperatura espiritual de tu templo? Hoy es el día para avivar el fuego, para volver al primer amor, para encender el altar con pasión santa. Deja que su Espíritu te ministre. Para eso tu vida tiene que ser un templo.

· 2 Corintios 5:17 – Nueva criatura es.

Pablo declara que quien está en Cristo ha sido transformado radicalmente. Lo viejo pasó; todo es hecho nuevo.

Reflexión:

El templo del Espíritu no es una versión mejorada del viejo tú: es una nueva creación. No se trata de reformar, sino de renacer. ¿Estás viviendo como alguien nuevo o arrastrando lo viejo al altar? Hoy, abraza tu identidad renovada. Eres templo, eres santo, eres morada de gloria. Vive como tal.

Desafío para hoy

  • Examina tu interior: ¿hay algo que necesita ser purificado?
  • Dedica un momento a consagrar tu cuerpo, mente y espíritu como templo santo.
  • Vive con reverencia, no por miedo, sino por amor a Aquel que decidió habitar en ti.

Oración:

Espíritu Santo, haz de mi corazón, Tu morada deseada.
Limpia lo que contamina, sana lo que se ha dañado. Que cada pensamiento, palabra y acto reflejen Tu gloria. Hazme templo vivo, encendido por Tu fuego. No quiero solo visitarte… quiero que permanezcas. Amén.

Acerca de este Plan

Casa De Oración Puerta Del Cielo

En un mundo lleno de ruido y distracciones, Dios sigue buscando corazones dispuestos a convertirse en Su morada. Este devocional te invita a redescubrir el anhelo divino por habitar con Su pueblo. A través de cinco días de reflexión, exploraremos cómo convertirnos en verdaderas casas de oración: puras, consagradas y abiertas a Su gloria. Jesús no sólo quiere visitarnos, quiere permanecer. Abramos juntos la puerta al cielo.

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Nos gustaría agradecer a Gian Carlo Maingón Vallejo por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/jn_giancarlogc_