Hablando Como JesúsMuestra

La autoridad que impacta no viene de tu posición o de tu título, sino de la congruencia entre tus palabras y tu vida.

Muchos intentan aumentar su influencia, pero porque tienen la creencia de que «la autoridad verdadera viene de títulos, posiciones o credenciales». Sin embargo, Mateo nos revela que Jesús poseía una autoridad que dejaba a las multitudes asombradas: la perfecta coherencia entre sus palabras y su vida, que generaba una autenticidad imposible de falsificar.

Lo fascinante de esto es el contraste que Mateo establece al mencionar «no como los escribas», quienes basaban su autoridad en citas de otros rabinos y en posiciones institucionales. Por lo que Jesús, sin credenciales formales ni posición oficial, hablaba con una autoridad interna, que hacía que las referencias externas parecieran superfluas.

Un detalle revelador en este pasaje es que la palabra griega para «autoridad» (exousia) combina ex (de y desde) con ousia (esencia y ser). Lo cual sugiere que la autoridad genuina fluye desde el interior, desde quién eres fundamentalmente, y no desde títulos añadidos o aprobación externa. Ahora bien, esto es importante porque indica que la autoridad no es algo que adquieres, sino algo que manifiestas cuando existe una alineación perfecta entre tus palabras y tu identidad.

Lo revolucionario aquí es que la autoridad de la que hablamos estaba disponible para alguien sin posición institucional reconocida. Por ejemplo, el carpintero de Nazaret, sin educación rabínica formal, manifestaba una autoridad comunicativa que los expertos religiosos oficiales no podían igualar, lo cual evidenció que la autenticidad supera siempre las credenciales.

Dios, en su perfecta sabiduría, ha diseñado la influencia humana para fluir de una vida íntegra, con la perfecta alineación entre lo que dices y quién eres. Por lo tanto, esta autoridad interna que brota se vuelve poderosa e imposible de falsificar.

Esta estrategia, a su vez, desafía de manera directa nuestra búsqueda de validación externa, como fuente primaria de credibilidad. Pues Jesús demuestra que la autoridad comunicativa más poderosa surge cuando hablas desde una experiencia vivida profunda, con convicción personal completa, pero sin depender de la aprobación o autorización de otros.

• Aprende: Reflexiona sobre las fuentes de «autoridad» que buscas para validar tu voz, con ayuda de las siguientes cuestiones, ¿dependes principalmente de credenciales, títulos, o aprobación externa? ¿Dónde existe desalineación entre tus palabras y tu experiencia vivida que podría estar socavando tu autoridad natural?
• Vive: Esta semana, cuando compartas una idea o convicción, practica hablar desde experiencia personal directa en lugar de depender de citas o referencias externas. Nota cómo cambia la recepción de tu mensaje cuando comunicas desde autenticidad personal.
• Lidera: Ayuda a otros, especialmente a aquellos, sin posiciones formales o credenciales impresionantes, a reconocer y desarrollar su autoridad interna. Crea espacios donde la autenticidad sea valorada por encima del estatus o las calificaciones.

Oración
Señor Jesús, libérame de la necesidad de validación externa para sentir que mis palabras tienen valor. Ayúdame a desarrollar la autoridad interna que viene de perfecta coherencia entre lo que digo y cómo vivo. Amén.