Introducción a la Segunda Parte

La lectura de hoy es la Segunda Parte, Introducción y IIA.1-2. Lea aquí.

Nuestro pacto con Dios vincula íntimamente el amor con la obediencia. Dios se regocija al ver “la obra de nuestra fe” y “el trabajo de nuestro amor”,porque “somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.

Como miembros de la Iglesia de Jesucristo en todo el mundo, hemos buscado escuchar la voz de Dios a través del Espíritu Santo. Hemos escuchado su voz, que nos llega desde su Palabra escrita en la exposición de Efesios, y a través de las voces de su pueblo de todo el mundo. Los seis temas principales de nuestro Congreso brindan un marco para discernir los desafíos que enfrenta la Iglesia de Cristo en todo el mundo y nuestras prioridades para el futuro. No pretendemos decir que estos compromisos son los únicos que la Iglesia debe considerar, ni que las prioridades son las mismas en todas partes.

Dar testimonio de la verdad de Cristo en un mundo pluralista y globalizado.

La verdad y la persona de Cristo

Como discípulos de Cristo, somos llamados a ser personas identificadas con la verdad. Debemos vivir la verdad. Vivir la verdad es ser el rostro de Jesús, a través de quien la gloria del evangelio es revelada a mentes cegadas. Las personas verán la verdad en los rostros de quienes viven sus vidas para Jesús, en fidelidad y amor. Debemos proclamar la verdad. La proclamación hablada de la verdad del evangelio sigue siendo de primordial importancia en nuestra misión. Esto no puede separarse del hecho de vivir la verdad. Las obras y las palabras deben ir de la mano.

La verdad y el desafío del pluralismo

Anhelamos ver un mayor compromiso con la dura tarea de una apologética sólida. Esto debe darse en dos niveles. Necesitamos descubrir y equipar a las personas que están en condiciones de abogar por la verdad bíblica y defenderla en el ámbito público, interactuando en el mayor nivel intelectual y público; y debemos orar por ellas. Instamos a los líderes y pastores de la Iglesia a equipar a todos los creyentes con la valentía y las herramientas necesarias para relacionar la verdad con la conversación pública cotidiana, haciéndolo con relevancia profética, para así interactuar con cada aspecto de la cultura en que vivimos.

Oración de cierre:

Oramos para que los líderes de la iglesia, pastores y evangelistas prediquen y enseñen la plenitud del evangelio bíblico, en todo su alcance y verdad. Debemos presentar tu evangelio como el plan de tu Padre para todo el universo en ti. Las personas pueden acudir a ti para satisfacer una necesidad personal, pero se quedan contigo cuando descubren que eres la verdad. Buscamos tu ayuda para identificar y capacitar a quienes defienden la verdad bíblica en los ámbitos intelectual y público. Oramos para que los líderes y pastores de la iglesia capaciten a todos los creyentes con la valentía y las herramientas necesarias para compartir esta maravillosa verdad en la conversación pública diaria. Amén.