Orando La Sabiduria De Dios en tu VidaMuestra

Sabiduría para la Sobrecarga Emocional

Lectura: Salmo 61:1–4
EOAO:: Salmo 61:2b–3

“Llévame a la peña más alta que yo. Porque tú has sido mi refugio, torre fuerte delante del enemigo.”

DEVOCIONAL

Hay días que simplemente se sienten más pesados que otros.

El dolor, la ansiedad, la ira, el cansancio, la soledad… vienen como olas, golpeando las orillas de nuestro corazón. Y no siempre son las grandes olas las que nos abruman. Muchas veces son las pequeñas y constantes, que vienen una tras otra, las que terminan desgastándonos. Antes de darnos cuenta, estamos abrumadas, agotadas y sin saber cómo dar el siguiente paso.

Si ese es tu caso hoy, quiero que sepas esto: no estás sola. Dios ve cada lágrima, cada situación con la que estás lidiando, cada parte de tu corazón que parece demasiado frágil como para ponerla en palabras. Él te encuentra allí en donde estés con compasión, comprensión y fortaleza. Tus emociones no lo asustan ni lo alejan. Jesús mismo lloró, sufrió y sintió el peso del dolor. Él es el Salvador que entiende.

En el Salmo 61, David clama desde un lugar de agotamiento emocional. No finge estar bien. Él dice: “Llévame a la peña más alta que yo” (v. 2). Me encanta eso. David sabía que no podía encontrar la fuerza por sí mismo, así que pidió a Dios que lo guiara, que lo levantara hacia la seguridad y la fortaleza que solo Él podía dar.

Esa es la sabiduría que necesitamos cuando las emociones nos sobrepasan: correr hacia la Roca en lugar de desgastarnos corriendo solas. Pedir la perspectiva de Dios, Su presencia y Su sabiduría. Estar emocionalmente sobrecargadas no significa que estamos fracasando. Significa que somos humanas—y es en nuestra debilidad donde el poder de Dios se perfecciona.

Así que si hoy te sientes abrumada, no te alejes. Acércate a Aquel que ya está cerca de ti. Deja que Su Palabra te cubra como refugio en medio de la tormenta. Permite que Su Espíritu te hable verdad frente a las mentiras que el miedo intenta decirte. Tú, querida amiga, nunca fuiste creada para cargarlo todo. Deja que Él sea tu Roca, tu Torre y tu Protector—Aquel que te sostiene firme cuando todo lo demás parece desmoronarse.