Dios y Yo: Devociones del Ministerio Tiempo de Gracia Ejemplo

Dios y mi familia “¡Puedo hacerlo por mí mismo!” A los padres generalmente les agrada escuchar estas palabras de sus hijos. Dedicamos cantidades enormes de energía a ayudar a nuestros niños a alcanzar la independencia en todas las etapas de su vida, desde el control de esfínteres hasta vestirse, desde la tarea de conseguir una licencia de conducir hasta asumir su propia deuda con la universidad. Sin embargo, algunos proyectos son demasiado grandes para la mentalidad de "hágalo usted mismo". “Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guarda la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmo 127:1). Estas sabias palabras provienen del rey Salomón, un hombre que fue dotado de sabiduría sobrenatural. Pero parece que no la puso en práctica en su propia vida, su vida familiar fue un desorden, y eso paradójicamente ilustra la verdad de sus propias palabras. Entonces, ¿qué puede hacer para invitar al Señor como coedificador de su familia? Comience buscando en las Escrituras su santo diseño para el sagrado matrimonio. Hoy en día se ignora y se desprecia la voluntad de Dios para el matrimonio, con devastadoras consecuencias para toda la sociedad. Comprométase con el plan de Dios, confíe en sus bendiciones y espérelas; permita que su hogar sea un lugar donde se escuche la Palabra, donde abunde la oración y la alabanza, y donde reine la paz de Cristo. Trate a su cónyuge como Dios lo trata a usted, con paciencia, humildad y perdón. Ame a su familia como Dios lo ama a usted.