«Para Que Seáis llenos De Toda La Plenitud De Dios»Muestra

«Pablo no puede recibir esta revelación en nuestro lugar»

Tenemos que entenderla y conocerla por nosotros mismos de manera personal y objetiva, para ser fortalecidos en nuestro hombre interior. Como resultado de esto, no sólo percibimos la revelación de Cristo, sino que también somos llenos de Él. Entonces, adonde quiera que vayamos, operaremos apostólicamente, como enviados para representar al Señor y también proféticamente para hablar de parte de Cristo. 

Pablo afirma que para llegar a un pleno conocimiento del amor de Cristo, debe lograrse en forma corporativa y no individual, pues la riqueza de Dios se encuentra en todos los santos y no solo en algunos, pues ya había declarado que la iglesia es el cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

En este punto examinaremos las dimensiones de Cristo, ya que en el versículo 18, Pablo habla de la anchura, longitud, altura y profundidad, pero no dice a qué se refieren estas dimensiones. Por supuesto, se refieren a Cristo. Debemos ser capaces de comprender con todos los santos lo que esto representa para nuestra vida cotidiana.

Aquí vemos varios pasos previos para lograrlo, pasamos a ser fortalecidos; de ser fortalecidos, experimentamos a Cristo haciendo su hogar en nuestros corazones; para pasar a comprender, conocer, y finalmente, ser llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios. Es por medio de estos pasos que podemos comprender las dimensiones de Cristo y conocer su amor, que excede a todo conocimiento.

La plenitud de Dios es la expresión de Dios. Hemos señalado, que el Cuerpo no es las riquezas de Cristo, sino su plenitud. Al ingerir y digerir las riquezas de Cristo, las asimilamos de manera natural y se integran a nuestro ser para ser expresadas en nuestra cotidianidad. Por medio de este proceso de asimilación, llegamos a ser la plenitud de Cristo, su expresión aquí en la tierra. 

Muchos creyentes consideran que las riquezas y la plenitud son sinónimos. Las riquezas de Cristo, son los diferentes aspectos de Cristo que se nos dan para nuestro disfrute; mientras que la plenitud es el resultado, el producto, del disfrute de dichas riquezas. 

La expresión de Dios hoy es la iglesia, la cual es el cuerpo de Cristo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. Por tanto, la plenitud de Dios, es la plenitud de Cristo, «la cual es su Cuerpo». El cuerpo se forma al disfrutar nosotros las riquezas de Cristo.