«Cristo Hace Su Hogar En El Corazón Del Hijo De Dios»Ejemplo

 «Para que os dé conforme a las riquezas de su gloria» 

Todos los hijos de Dios, disfrutamos de la riquezas de la gloria del Padre, quien es glorioso en todos sus atributos, según se ha registrado en el contexto de la carta y entre ellos se destacan: su poder que es infinito, su amor que es inconmensurable, su misericordia y su gracia que son inescrutables, su sabiduría que es iridiscente, entre otros. Obsérvense especialmente expresiones tales como «las extraordinarias riquezas de su gracia (expresadas) en bondad», y compárense «las insondables riquezas de Cristo».

Nunca es correcto enfatizar un atributo a expensas de otro. No se trata de su poder excluyendo su misericordia, ni de su misericordia excluyendo su poder, sino que es todo el conjunto lo que le hace glorioso, el objeto propio de adoración. Pablo ora, por tanto, que todos los esplendorosos atributos de Dios sean abundantemente aplicados al progreso espiritual de aquellos a quienes escribe. 

En contraste con la oración del capítulo uno, por la cual pide revelación, ésta es una oración por la experiencia. La necesidad en el capítulo uno es que veamos lo relacionado con el Cuerpo de Cristo, que veamos cómo el Cuerpo llega a existir y cómo está constituido. Sin embargo, no es suficiente ver la revelación; también necesitamos experimentar lo que vemos. Debido a que necesitamos conocer a Cristo de una manera subjetiva, Pablo oró que fuéramos fortalecidos con poder en el hombre interior para experimentarlo de manera objetiva.

«El ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu». La palabra «fortalecidos», es modificada por cuatro frases: conforme a las riquezas de su gloria, con poder, en el hombre interior y por su Espíritu. 

Somos fortalecidos conforme a las riquezas de la gloria del Padre. La gloria es la expresión de Dios. En Juan 1 leemos: «A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo… Él le ha dado a conocer». Cuando Dios nos es dado a conocer, cuando nos es declarado, vemos la gloria; porque esta declaración de Dios es su manifestación, que es la gloria, es por ello, que cuando el Señor Jesús expresó a Dios en la tierra, la gloria de Dios fue manifestada.

Todas las familias de los cielos y de la tierra expresan a Dios en cierta medida. En lo que expresan de Dios, se ven las riquezas de la gloria de Dios. El apóstol oró para que los creyentes experimentaran a Dios en plenitud, conforme a las riquezas de la gloria de Dios, a fin de que expresaran a Dios al experimentarlo de manera cabal.