«Oración Que Captura El Corazón De Dios»Muestra
«Hay una oración que captura el corazón de Dios»
Oramos para seguir las pautas que hallamos en devocionales, poniéndolo todo nítidamente y en orden, pero sin más intensidad que la que tendríamos al seguir una receta para hornear galletas. Elevamos nuestras oraciones delante de Dios, con una confianza no muy diferente a la que tiene un hombre que compra un billete de lotería. Sabemos que Dios responde a la oración. Hemos leído los testimonios de cómo alguien en alguna parte recibió una respuesta grande a una oración. De vez en cuando, Dios contesta nuestras oraciones de a cinco y de a diez pesos, pero siempre vivimos con la esperanza que un día recibiremos el premio mayor. ¿Se parece esto a su vida de oración? Hay una oración que captura el corazón de Dios. Lo que tenemos delante de nosotros en el Salmo 119:33-40, es un excelente ejemplo de tal tipo de oración.
En la estrofa anterior, los versículos 25-32, muestra la necesidad de tener un avivamiento personal. Este tipo de oración, que captura el corazón de Dios, es una característica reveladora del avivamiento personal. Cada uno de los ocho versículos que componen esta estrofa, contiene una petición específica. Cada uno comunica esa sensación de urgencia. Son oraciones que capturan toda la atención de Dios. Todas giran en torno de la relación del salmista con la Palabra de Dios. Para guardar la belleza y simetría de este salmo, enfocaremos cada versículo de la misma manera. Examinaremos cada petición como un deseo a satisfacerse, un compromiso a establecerse y un concepto a aplicarse.
Cada petición tiene que ver con un beneficio personal para el salmista. A veces oímos de personas que se jactan que nunca le piden nada a Dios para sí mismos. Piensan, que hacer tal cosa denotaría una actitud egoísta. Pero cuando el avivamiento personal arremete con toda su fuerza, uno queda puesto de rodillas en humilde reconocimiento de un hecho abrumador: su propia necesidad personal. Cada versículo de esta estrofa puede caracterizarse con una sola palabra, y cada una de las palabras lleva la terminación «me». De esta manera, los versículos 33-40 comunican las siguientes peticiones: enséñame, ilumíname, guíame, inclíname, enfócame, prométeme, protégeme, vivifícame.
Escrituras
Acerca de este Plan
Oramos para seguir las pautas que hallamos en devocionales, poniendo todo nítidamente y en orden, pero sin más intensidad que la que tendríamos al seguir una receta para hornear galletas. Elevamos nuestras oraciones delante de Dios, con una confianza no muy diferente a la que tiene un hombre que compra un billete de lotería. Sabemos que Dios responde a la oración. Pero ahora, vamos a hablar sobre la oración que captura el corazón de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Jeff Adams en convenio con el Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.visitgraceway.org www.elcentronetwork.com