Brillen Como EstrellasEjemplo

Las estrellas de Dios controlan su enojo

Se necesita cerebro para no perder los estribos. Es muy fácil que usted tenga una explosión de enojo con otra persona, con la que trabaja o vive; hasta con alguien que ama. Las palabras airadas hieren, destruyen el amor, la confianza y la alegría. Una vez que han salido, son como la crema dental que es imposible regresarla al tubo; viven para siempre en la memoria de la gente y se vuelven en su contra una y otra vez.

¿Cómo puede recuperar el buen temperamento cuando lo ha perdido? Estas son las palabras de Santiago que aconsejan sobre el uso de la lengua: “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse, porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:19,20).

Las palabras de enojo no se pueden desdecir. Lo que usted puede hacer como estrella de Cristo es reconocer la responsabilidad de sus anteriores estallidos de mal genio, pedir perdón y crecer en la gracia del control de la lengua. Puede reprender el egoísmo que hay en su corazón y le hace pensar que el universo gira alrededor de USTED. Puede llegar a ser un siervo con mente como la de Cristo, que usa mucho los oídos y la lengua para edificar, no para derribar.

Comience ahora mismo. De los que lo rodean, ¿quién necesita hoy una palabra amable?Las estrellas de Dios controlan su enojo

Se necesita cerebro para no perder los estribos. Es muy fácil que usted tenga una explosión de enojo con otra persona, con la que trabaja o vive; hasta con alguien que ama. Las palabras airadas hieren, destruyen el amor, la confianza y la alegría. Una vez que han salido, son como la crema dental que es imposible regresarla al tubo; viven para siempre en la memoria de la gente y se vuelven en su contra una y otra vez.

¿Cómo puede recuperar el buen temperamento cuando lo ha perdido? Estas son las palabras de Santiago que aconsejan sobre el uso de la lengua: “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse, porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:19,20).

Las palabras de enojo no se pueden desdecir. Lo que usted puede hacer como estrella de Cristo es reconocer la responsabilidad de sus anteriores estallidos de mal genio, pedir perdón y crecer en la gracia del control de la lengua. Puede reprender el egoísmo que hay en su corazón y le hace pensar que el universo gira alrededor de USTED. Puede llegar a ser un siervo con mente como la de Cristo, que usa mucho los oídos y la lengua para edificar, no para derribar.

Comience ahora mismo. De los que lo rodean, ¿quién necesita hoy una palabra amable?