Brillen Como EstrellasEjemplo

Las estrellas de Dios aprecian la diversidad

El mismo Señor que hizo que cada copo de nieve de una nevada sea diferente, se complace claramente en la misma diversidad entre las personas que creó. Pero aun así, el maligno usa con mucho éxito las diferencias entre los humanos, como cuñas, para separarnos. Hombres y mujeres entran en conflicto; ricos y pobres temen y se ofenden por el comportamiento del otro; las personas que no pueden hablar el idioma de otra, no la pueden entender y por eso no escuchan; las razas y las clases sociales son un sinfín de oportunidades para la intolerancia crítica.

Pero usted puede brillar como una estrella. “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios” (Romanos 15:7). Si Dios se preocupó lo suficiente para para cerrar la enorme brecha entre su santidad y nuestra humildad, con seguridad podemos superar las simples diferencias de género, idioma, color de piel e ingresos.

Los cristianos tienen mucho que aprender; después de todo, a lo largo de los siglos, ¿cuántos miles de cristianos fueron amos de esclavos, o nazis? ¿Qué resentimientos se esconden todavía en su corazón? Tal vez usted tenga espacio para crecer en la gracia de la aceptación. ¡Brille!Las estrellas de Dios aprecian la diversidad

El mismo Señor que hizo que cada copo de nieve de una nevada sea diferente, se complace claramente en la misma diversidad entre las personas que creó. Pero aun así, el maligno usa con mucho éxito las diferencias entre los humanos, como cuñas, para separarnos. Hombres y mujeres entran en conflicto; ricos y pobres temen y se ofenden por el comportamiento del otro; las personas que no pueden hablar el idioma de otra, no la pueden entender y por eso no escuchan; las razas y las clases sociales son un sinfín de oportunidades para la intolerancia crítica.

Pero usted puede brillar como una estrella. “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios” (Romanos 15:7). Si Dios se preocupó lo suficiente para para cerrar la enorme brecha entre su santidad y nuestra humildad, con seguridad podemos superar las simples diferencias de género, idioma, color de piel e ingresos.

Los cristianos tienen mucho que aprender; después de todo, a lo largo de los siglos, ¿cuántos miles de cristianos fueron amos de esclavos, o nazis? ¿Qué resentimientos se esconden todavía en su corazón? Tal vez usted tenga espacio para crecer en la gracia de la aceptación. ¡Brille!