Haciendo Una DiferenciaMuestra

Llamados a ser diferentes

Vivimos en un mundo de grandes contradicciones. Por un lado, el mismo nos plantea una gran competencia, mientras que por otro nos estimula a vivir un estilo de vida basado en imitaciones, modas y tendencias. Cuando nos detenemos para estudiar de cerca lo que esto significa, vemos que a lo que somos instruidos por el mundo es a poner a un lado los principios, valores y buenas costumbres, sacrificando así, nuestra singularidad, originalidad y autenticidad las cuales son características intrínsecas del ser humano. Recordemos que Dios nos hizo únicos. 

Ahora bien, como creyentes, ¿estamos llamados a vivir según la corriente de este mundo, seguir sus modas, normas y tendencias? O, ¿será nuestro llamado hacer la diferencia? 

Sin duda alguna nuestro llamado es ser diferentes. Somos la sal de la tierra (Mateo 5:13); la «luz del mundo» (Mateo 7:14); «colaboradores, labranza y edificio de Dios» (1 Corintios 3:9); «templo del Dios viviente» (2 Corintios 6:16); «linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios» (1 Pedro 2:9). Por lo tanto, hermanos, no vivamos como gentes comunes, sino como lo que somos, «embajadores en nombre de Cristo» (2 Corintios 5:20); e «hijos de luz» (1 Tesalonicenses 5:5) estableciendo la diferencia. Sólo aquéllos que se atreven a ser diferentes marcan el rumbo de la historia.