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Restaurando la Relación

Los profetas profetizaron cientos de años atrás que un día el Mesías vendría a salvar a su pueblo. La historia en Marcos comienza con otro profeta, Juan el Bautista, anunciando a este mismo Mesías y llamando al arrepentimiento a todos los que escucharan 

La nación de Israel entendió que el pecado los separaba de tener una relación con Dios, y que el perdón estaba disponible. Este fue el mensaje de Juan, y la gente vino de todas partes de Israel para escuchar su mensaje de arrepentimiento. Ellos respondieron confesando sus pecados, y muchos fueron bautizados como una señal de su confesión.

Juan estaba preparando el camino para el Mesías, pero no estaba prediciendo el futuro. ¡Juan estaba anunciando la llegada del Mesías!  Jesús, el Hijo de Dios, estaba aquí en carne propia. En Su bautismo, Dios reconoció a Su Hijo con una bendición audible, y el Espíritu descendió de forma visible sobre Jesús, llenándolo para lo que venía. Lo que se había profetizado ahora era una realidad: el Príncipe del Cielo había llegado.

Jesús comenzó a llamar a todos los que vivían en Galilea a que se arrepintieran.  Como veras, el arrepentimiento es la manera de Dios de restaurar una relación. El mensaje de Juan fue también la misión de Jesús. Él les dijo a todos que sus pecados podían ser perdonados y restaurar su relación con Dios.  Jesús habló de un nuevo Reino que se acercaba, ¡y Su mensaje era una buena noticia!