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Del

El ladron no viene ſino para hurtar, y matar, y destruyr las ouejas. yo he venido para que ayan vida, y para que la ayan en abundancia.

Yo ſoy el buen Pastor: el buen pastor ſu alma dá por [ſus] ouejas.

Mis ouejas oyen mi boz, y yo las conozco, y siguen me

Y yo les doy vida eterna, y para siempre no perecerán: y nadie las arrebatará de mi mano.

Yo ſoy la puerta: el que por mi entrâre, ſerá saluo: y entrará y ſaldrá, y hallará pastos.

Yo ſoy el buen Pastor: y conozco mis ouejas, y las mias, me conocen.

Mi Padre que me las dió, mayor que todos es: y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y mi Padre vna coſa somos.

Como el Padre me conoce à mi, y yo conozco àl Padre: y pongo mi alma por las ouejas.

Nadie la quita de mi, mas yo la pongo de mi mismo: porque tengo poder para ponerla, y tengo poder para boluerla à tomar. Este mandamiento recebi de mi Padre.

Boluióles pues Iesus à dezir, Decierto decierto os digo, que yo ſoy la puerta de las ouejas.

Mas el salariado, y que no es el pastor, cuyas proprias no ſon las ouejas, vee àl lobo que viene, y dexa las ouejas, y huye: y el lobo arrebata, y dissipa las ouejas.

De cierto decierto os digo, que el que no entra por la puerta enel corral de las ouejas, mas sube por otra parte, el tal ladron es y robador.