NO TOMES DE TU PROPIA MEDICINA.Sample
Entonces, ¿Quién puede curar nuestras heridas?
Si, efectivamente es Jesús.
Él no te discrimina, a Él no le importa por los caminos que has tenido que pasar para llegar nuevamente a Él.
Así como el hijo prodigo que un día decidió regresar a casa de su padre, nosotros también podemos acudir a nuestro padre celestial en cualquier momento, es Él quien realmente cambia nuestra condición, nos recibe con amor, nos da la mejor comida, no le importa nuestra condición, ni nuestro olor, Él nos ama y nos da su consuelo para sanar todos esas heridas.
A veces nos preocupa fallarle más al mundo que nos ve, que a Dios.
Para terminar y como resumen te dejo los tres puntos importantes para sanar nuestras heridas:
1. Reconocer mis heridas.
2. Buscar la medicina correcta.
3. Aceptar el amor, el perdón y la misericordia de Dios.
Nunca es tarde para volver a Jesús, el siempre estará con los brazos abiertos esperando que le busquemos de corazón. Jesús es amor, es perdón, es paz, es restauración, es misericordia, es todo aquello increíble que nos podemos imaginar. Y recuerda, la medicina es gratis.
Scripture
About this Plan
¿Cuántas veces hemos escuchado que no tenemos que auto-medicarnos? Cuando algo no está bien en nuestra vida solemos medicarnos bajo nuestro propio criterio y buscamos refugio en acciones, cosas o personas que en lugar de ayudarnos solo nos alejaran de Dios. Por lo cual el objetivo de este plan es entender que el único que nos puede dar la receta correcta para terminar con nuestras dolencias es nuestro Padre Celestial.
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