Mil Alma Estará Bien - Brian HoustonSample

DÍA 5: Mi alma está bien

 

Durante los últimos cuatro días, hemos realizado un breve viaje de descubrimiento sobre cómo vivir con una abrumadora sensación de paz y confianza hacia el futuro en medio de un mundo turbulento. Vivir desde tu espíritu significa vivir en continua comunión con el Espíritu de Dios, lo que te permite recibir de Él y experimentarlo en todo tu ser: espíritu, alma y cuerpo. Cuando te alimentas de la Palabra de Dios, esta revelará la verdad que transforma tu corazón y vida. Entender todo lo que está dentro de la plenitud del evangelio revela la justicia de Dios y tu posición correcta ante Él. Éstas son las claves para una vida anclada en Cristo, que tiene la capacidad de resistir las tormentas de la vida.

La expresión “mi alma está bien” proviene de un antiguo himno escrito en 1873 por Horatio Spafford, un hombre de negocios estadounidense y creyente en Cristo. Después de repetidas crisis financieras y finalmente ruina, Horatio envió a su esposa y cuatro hijas a Europa, donde planeaba reunirse con ellas más tarde. Una colisión con otro barco hundió el de ellas, ahogando a sus cuatro hijas; solo su esposa Anna sobrevivió. De camino a consolar a su afligida esposa, Spafford escribió las siguientes palabras mientras pasaba por el mismo lugar donde sus hijas habían muerto:

De paz inundada mi senda ya esté
O cúbrala un mar de aflicción,
Cualquiera que sea mi suerte, diré:
Estoy bien, tengo paz, gloria a Dios!

Tal profundidad de fe no se encuentra en alguien que vive bajo el control y la volatilidad de las emociones. Esto es tener una paz que sobrepasa todo entendimiento, una calma y esperanza inamovibles que nacen de un espíritu en comunión con Dios. Una vida guiada por el espíritu conoce y experimenta el consuelo de Su presencia y tiene confianza en la fidelidad de Sus promesas.

Frente a un futuro incierto, este mundo necesita ver al pueblo de Dios con una fe inquebrantable, un compromiso incansable y almas en paz, pase lo que pase. La lección de esta esperanza que abrazamos la resume así el escritor de Hebreos:

‘Así que, ¡cubramos ahora firmemente nuestro corazón con la esperanza que vive dentro de nosotros, sabiendo que Dios siempre cumple sus promesas! [...] No perdamos nuestra fe audaz y valiente, ¡porque estamos destinados a una gran recompensa! Necesitamos la fuerza de la resiliencia para desvelar la poesía de la voluntad de Dios y así, obtener la promesa en su totalidad.’ Hebreos 10:23,35-36 (TPT traducción al español).