Firmes Y ConstantesSample

Empieza un nuevo día. Suena la alarma, y los primeros rayos de sol se cuelan entre las cortinas de la habitación... ¿Qué haces entonces?
A mí, los aromas tostados del café me ubican en sintonía con el principio del día, y mi cerebro asocia ese aroma a una rutina. De algún modo perfecto, los circuitos neuronales se acostumbran, tras muchas repeticiones, a seguir movimientos, cadenas de acciones, y con el tiempo hacemos de manera casi automática algo que cuando empezábamos a hacerlo era una tarea mucho más difícil. Y a eso, le llamamos crear un hábito.
Los buenos hábitos, o hábitos saludables, son aquellos que nos ayudan a desarrollarnos, ya sean a nivel físico y motor, como el ejercicio y la dieta equilibrada, a nivel cognitivo, como leer, pensar, calcular o planificar, y también a nivel emocional, como hablar acerca de nuestros sentimientos, llorar, reír, soñar...etc.
Por otro lado, están los malos hábitos, o hábitos tóxicos, y también están presentes a todos los niveles: adicciones, falta de sueño, mala alimentación, vida sedentaria, reprimir las emociones, alimentar los pensamientos dañinos, pasar demasiadas horas frente a la pantalla, discutir continuamente, aislarse...etc.
Los hábitos saludables suelen ser más difíciles de desarrollar, porque implican renunciar muchas veces a impulsos más primarios, y activar circuitos y acciones más complejos o de mayor esfuerzo físico o mental.
Sin embargo, hay un nivel de nuestra vida que es indudablemente el más complicado para desarrollar un hábito saludable: el nivel espiritual. A diferencia de los otros tres niveles, este sólo está presente en aquellos que hemos recibido a Jesús en nuestras vidas. Porque desde ese momento, nuestro espíritu ha sido vivificado. Ahí empieza una lucha entre mi espíritu y mi naturaleza. Y dentro de mi naturaleza es donde actúan esos otros tres niveles: físico, cognitivo y emocional. Tres contra uno. Tres habituales contra un intruso nuevo. Y aún nos preguntamos porqué nos cuesta tanto.
Y lo cierto es que fuimos avisados, Jesús nunca dijo que sería fácil, más bien aclaró que llevaría grandes dificultades. Pero para dejarnos su perfecto ejemplo, y para demostrar el poder de Dios en nosotros, no dejó a nuestro espíritu a solas, sino que envió a Su Espíritu. Tres niveles pequeños, humanos y débiles, contra un espíritu vivificado por el gran y poderoso Espíritu. ¿Quién se rendirá a quién?
Ahí entra en acción nuestra voluntad. Eso lo dejó a nuestra elección. ¿A quién alimentarás primero, con más urgencia y cuidado? Los primeros hábitos del día van a marcar el camino para el resto de la jornada. Tus hábitos saludables, y también aquellos tóxicos dirigirán o frenarán tu crecimiento espiritual. ¿Qué alimentarás hoy?
About this Plan

Firmes y Constantes es un devocional de la Iglesia Rey de Reyes. A lo largo de estos 7 días, podrás descubrir las claves para un crecimiento espiritual efectivo. La evidencia de una vida espiritualmente sana, es el crecimiento que se observa en ella, cuando no lo hay, se debe buscar la causa, y sanar el problema.
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