Por qué tengo que sufrirSample

Día 1: Ante las adversidades de la vida

Frente a los problemas de la vida tenemos dos alternativas: Una es salir de ellos habiendo crecido, desarrollado, sintiéndonos más fuertes, haber aprendido ciertas lecciones y haber valorado la dificultad como una oportunidad para crecer. La otra opción es no haber entendido qué es lo que me pasó, por qué me sucedieron todas esas cosas, y como resultado de mis reclamos y cuestionamientos acabar abatido y derrotado. Es muy común encontrar gente a la cual uno le pregunta:

—¿Por qué estás triste?

Y recibe como respuesta:

—¿Te parece poca cosa todos los problemas que tengo? ¿Cómo no voy a angustiarme?

Mucha gente, frente a las dificultades de la vida termina amargada, desilusionada y piensa que solo ellos tienen problemas, que solo a ellos les suceden cosas desagradables.

Luego de hablar con cientos de personas llegué a la conclusión que los problemas personales, los propios, suelen ser los más importantes y grandes del mundo, solo por la condición de ser «mi» problema. Es entonces que a partir de él puedo construir todo un mundo.

El destacado predicador y doctor Norman Vincent Peale comentó que en una oportunidad dos amigos se encontraron y comenzaron a hablar acerca de las adversidades de la vida. Uno le contaba a otro que ya no podía resistir una vida llena de problemas. El amigo, al verlo tan preocupado, lo invitó a hacer una caminata. Luego de andar por un buen tiempo, le pidió que contemplara junto a él un cementerio ubicado en un gran parque verde. En este instante lo animó a reflexionar: «¿Ves? Toda esta gente no tiene problemas, simplemente porque no tiene vida».

Los problemas son parte de la vida. Cuando descubrimos que a todos nos suceden cosas, que todos tenemos inconvenientes, nuestra perspectiva cambia. Así como en Juan 9 cuando los discípulos le preguntaban a Jesús por qué era ciego ese hombre, no se trataba de un castigo, ni un pecado de sus padres sino que los problemas son parte de la vida y Dios quiere ayudarte a atravesarlos, sacarte toda aflicción y hacer milagros en ti.

No se desaliente, no se de por abatido. No sé cuál será el problema que está enfrentando en este momento, pero recuerde: con Dios usted podrá atravesar la adversidad.