Mujer, Ten PazSample
Paz que lo cambia todo.
Jesús amaba a esta familia y era humano conmoverse. Sin embargo, Su poder iba más allá de todo dolor. En medio de la angustia Jesús no tardó en responder a Marta:“Tu hermano resucitará” (Juan 11:23 NTV). Marta sin dudar le contesta:“Es cierto, resucitará cuando resuciten todos, en el día final” (Juan 11:24 NTV). Claramente esta mujer conocía las Escrituras.
Jesús responde a Marta:“Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto. Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees, Marta?” (Juan 11:25 NTV). Y es aquí, en este lugar donde la Gloria de Dios es manifestada. Ante los propios ojos de Marta, el sello del Evangelio era revelado. Jesús mismo siendo Resurrección y Vida.
El Maestro llegó a la tumba y da una orden:“Corran la piedra a un lado” (Juan 11:39 NTV). Esta orden era difícil de entender, ¿corran la piedra? No era posible. Ya todo había acabado. Es justo pensar que Marta, como mujer de limpieza y orden se sobresaltara he interrumpiera al Maestro. Si los hombres removían aquella piedra el olor en aquel lugar sería espantoso. Una vez más, su razonamiento iba en contra de la Gloria de Dios. La guerra entre pensamientos robaban su paz. ¿Cómo Jesús va a permitir el caos en este lugar? La incertidumbre volvía a reinar en la vida de Marta, la de Betania.
Sin embargo, Jesús trae respuesta a su dolor:¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? (Juan 11:40 NTV). ¡Qué verdad tan profunda! El corazón de Marta queda expuesto nuevamente en las manos de su Creador. En otras palabras, lo que Jesús le quiso decir a Marta era: ¿No te dije que había una mejor parte? ¿No te dije, hace un momento, quién soy? Marta, Marta, estás inquieta y preocupada, pero solo una cosa es necesaria y esa Soy Yo.
No tengo duda que muchas situaciones nos puedan robar la paz, pero no puedo negar que la lección a Marta me la tengo que aplicar. Ella vio a su hermano resucitar y las escamas de sus ojos fueron derribadas. En ese momento, Marta entendió quién le hablaba, quién era su Maestro, el que visitaba su hogar. Mientras su hermano caminaba a ellos.
Marta tuvo certeza que Jesús era lo único que necesitaba. ¡Que él es su paz! En ese momento de Gloria todos los pensamientos de guerra, entre la tierra y cielo, fueron derrumbados otorgando a Marta lo que anhelaba su alma, la verdadera paz, que solo se encuentra en Jesús resucitado. Quien tiene el control de todas las cosas.
Mujer, ten paz. El Maestro está en control de todo. No existirá dolor, preocupación o angustia que nos roben la paz. Como Marta veremos la Gloria de Dios y esta parte no nos será quitada.
¿Lo crees?
About this Plan
Descubre junto a mí la verdadera paz, que sobrepasa todo entendimiento, encontrada en Jesús desde los ojos de Marta hermana de Lázaro de Betania. Encontremos esa paz anhelada y necesaria hallando el momento exacto entre nuestro corazón y el cielo reconociendo quienes somos como mujeres y quién es Él, nuestro amado Dios. Mujer, ten paz.
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