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EL GOZO ETERNO

MEDITACIÓN

Cuando me reúno con amigos de mi juventud, recordamos los viajes compartidos a las montañas. Recordamos cuando nos deslizábamos sobre campos nevados, los encuentros sorprendentes con cabras montesas o recordamos tormentas y puestas de sol que fueron impresionantes. Qué alegría compartir tesoros de recuerdos tan grandes. El salmista también recuerda, y recuerda las grandes cosas que Dios ha hecho. «Éramos como los que soñaban». (Sal 126:1-2) Lo que antes era impensable se ha hecho realidad: Dios ha liberado a su pueblo. El gozo crece cuando recordamos.

¡Hay algo mejor que el momento en sí mismo, y es la espera con ansias de que suceda! Cuando planifico un recorrido de senderismo, me lanzo con entusiasmo a estudiar mapas, informes de la caminata e informes meteorológicos. Con cada pieza del rompecabezas, la imagen de la próxima aventura se vuelve más clara y el gozo aumenta. Asimismo, la alegría del salmista no brota únicamente de los recuerdos, sino de las promesas de Dios de un futuro en el que los cautivos serán liberados y los arroyos secos se llenarán de agua y se recogerá una rica mies.

Los cristianos creen que los tiempos de sequedad y de lágrimas no permanecerán para siempre. Dios nos promete un futuro completo, floreciente y rebosante. Los cristianos se aferran con determinación a esta visión del futuro porque creen que, con la resurrección de Jesús, la restauración ya ha comenzado. Y se aferran a ella mientras «siembran con lágrimas» (Sal 126:5). La risa y el llanto no son excluyentes en la vida de los cristianos. En medio del dolor y las dificultades, podemos sentirnos bien porque experimentamos las promesas de Dios y sabemos que dichas promesas son seguras. Un día Él enjugará toda lágrima de nuestros ojos (Ap 21:4) y nos invitará a su mesa para el gran banquete de bodas (Ap 19:9; Mt 8:11; 22:2; 25:10); (Lc 12:36; 14:8).

Lo mejor está por venir. Esta idea no es un consuelo barato que nos anima a despedirnos interiormente del mundo. Más bien, es la esperanza cristiana en el futuro nos invita a celebrar, a tener fe y a amar aquí y ahora. En nuestras mesas de banquete, la gente ya puede saborear algo del cielo. Y así una celebración puede convertirse en una de las más bellas formas de resistencia: con ella proclamamos que el sufrimiento no es la realidad última y que nos espera un excelente y mejor futuro.

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

• ¿Cómo imagino que será la nueva creación de Dios? ¿Eso inspira gozo dentro de mí? ¿Cómo puede esto expresarse en expectativas de gozo en nuestras familias, iglesias y comunidades?
• ¿Hay espacio en mi vida para el gozo, la risa, pero también para el lamento y el llanto?

MOTIVOS DE ORACIÓN

• Que las personas en Europa que no tienen iglesia donde congregarse puedan descubrir la esperanza en las promesas de Dios para sus vidas y el mundo.
• Por aquellos que se encuentran sufriendo, que puedan encontrar gracia que renueva y llena de gozo y expectación en medio de las lágrimas.
• Por los artistas y músicos cristianos; que con su trabajo nos ayuden a experimentar más del gozo y la belleza en la espera del nuevo mundo en Dios.

ORACIÓN SUGERIDA

Lleno de gozosa expectativa, me acerco a ti, Dios. Porque tú traerás de vuelta a la vida lo que no es libre y está seco, lo que está roto en este mundo será completo en tu mundo que será nuevo. Lleno de gozosa expectativa me acerco a ti, Dios. Porque tú prometes crecimiento y prosperidad a aquellos que se ven privados de su recompensa, de su hogar o de su familia. En tu presencia nos regocijamos porque tú haces todas las cosas nuevas. Amén.

Andi Bachmann-Roth