¿Cómo tener un avivamiento?Sample
UNA CUESTIÓN DE OBEDIENCIA
“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos” (Jeremías 6:16).
Suele pensarse que es extremadamente difícil llegar a estar exactamente donde Dios quiere que estemos. Por alguna extraña razón, se intuye que será complejo y que la voluntad de Dios es demasiado abstracta para comprenderla en su totalidad. El profeta Jeremías simplifica el asunto explicando la receta para andar por el buen camino y tener un descanso completo, un bienestar pleno. El asunto va de obediencia. Una obediencia que implica, en primer lugar, detenernos.
En el siglo XXI, en plena carrera desenfrenada por vivir en una multitarea agobiante, parar es casi quimérico. Detenernos serenamente, mirar a nuestro alrededor y considerar cómo lo hicieron antes los que triunfaron en Dios, es la elección correcta si queremos vivir vidas extraordinarias, como las que ellos vivieron. Hay que tener coraje para parar, aunque otros nos miren como extrañas criaturas, desfasadas de los tiempos modernos. Orar más, leer más la Biblia, dedicar tiempo a la reflexión y a la introspección pueden ser caminos antiguos, pero seguros. Reemplazar el “hazlo ya” por “hazlo bien”, nos resultará más gratificante a la larga.
Habrá que romper con la arrogancia de creer que lo sabemos todo, volvernos hacia los que fueron antes que nosotros y preguntarles con modestia: ¿cuál es la manera mejor?, ¿cuál es el camino agradable del Señor? Hemos de derribar el imperio del yo a golpe de un andar humilde, de un sometimiento voluntario al señorío de Dios.
Luego está la acción, porque no hay verdadera fe sin acciones que la confirmen. Si sabemos parar y preguntar, pero nos quedamos ahí, varados en la información, no nos servirá de mucho. Tenemos que actuar, y andar por el viejo camino sin pausas dubitativas, sin intención alguna de volver atrás. Entonces hallaremos descanso para nuestras almas, porque no hay alivio auténtico del pesado lastre de la terquedad si no hay obediencia.
Jeremías recoge en su oráculo que el pueblo que recibió la Palabra del Señor no hizo caso. Su final fue el exilio y la esclavitud. Tales resultados granjea el pecado. La desobediencia nos trunca los mejores futuros. Volvamos nuestros ojos a aquellos días gloriosos, donde Dios actuaba con poder a favor de su pueblo, donde era evidente su obrar magnífico. Sigamos el camino que nos conduce a ese Dios que hace maravillas hasta descansar arropado en su sobrenatural regazo.
About this Plan
Como cristianos podemos y debemos vivir una vida plana en Cristo Jesús. El avivamiento es eso precisamente, vivir en la perfecta voluntad de Dios, con un andar de fe vigoroso, caracterizado por el servicio y la eficacia. Esa es nuestra identidad y haríamos bien en vivir en esa dinámica de poder siempre, hasta el último aliento.
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